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LOS 600 DÍAS DE MUSSOLINI

La República Social Italiana

Ermanno Amicucci

LOS 600 DÍAS DE MUSSOLINI  - La República Social Italiana - Ermanno Amicucci

272 páginas
14,5 x 21 cm.
Ediciones Sieghels
2015
, Argentina
Tapa blanda
 Precio para Argentina: 290 pesos
 Precio internacional: 19 euros

La figura de Mussolini ha entrado en la Historia por la puerta grande y va agigantándose el cuanto la pasión partidista va dejando lugar a perspectivas menos impresionables y más ajustadas a la verdad de los hechos. Tras una oleada de literatura mezquina y detestable, comienzan a publicarse en Italia obras serenas y objetivas sobre la personalidad humana y política del Duce, cuya grandeza nadie, ni sus mismos adversarios, se atreve a discutir.
En la tempestuosa existencia del gran italiano existe un período casi desconocido para nosotros: el más dramático de toda su vida, aquel que comprende desde su liberación en el Gran Sasso hasta su trágica desaparición, el que el autor denomina con acierto LOS SEISCIENTOS MAS DE MUSSOLINI. La existencia de la República Social Italiana, las reacciones del dictador ante su tragedia personal y política, sus planes para el futuro, las circunstancias en que se desarrolló su vida durante aquel período, así como las que acompañaron a su dramática muerte, son asuntos interesantísimos, de los que hasta ahora sólo teníamos conocimiento a través de una visión deformada y muchas veces inexacta.
A ERMANNO AMICCUCI debemos la confección de este relato, al que necesariamente deberán acudir los historiadores del futuro. Amiccuci — uno de los mejores periodistas italianos — conoce los acontecimientos de primera mano, debido a su puesto de director del gran rotativo milanés Il Corriere della Sera, durante la época social-fascista. Condenado a muerte a raíz de la terminación de la guerra y amnistiado más tarde, su prosa es tan vibrante como dramáticos los acontecimientos que describe.

 

ÍNDICE

Prólogo del traductor7
I. El vuelo de la “cigüeña”11
II. “Y ahora se vuelve a empezar” 21
III. Roma ya no es capital  31
IV. “Suso in Italia bella”41
V. “Menos constituyente y más combatientes” 53
VI. Las estrellas y el gladio61
VII. La tragedia de Mussolini73
VIII. Procesos a las “traiciones”83
IX. Tinta y sangre95
X. “Puentes” y “Caminos”109
XI. Las “minas sociales”123
XII. La Línea Gótica137
XIII. Crónica de la “Historia de un año”147
XIV. El Sócrates de la República159
XV. Muerte de la Academia de Italia171
XVI. Fiesta de Navidad en Zurs181
XVII. Rojo y negro189
XVIII. Mussolini pensó en el suicidio199
XIX. Mussolini y D’Annunzio205
XX. Semana de Pasión en Milán213
XXI. 25 de abril225
XXII. Antes de Dongo231
XXIII. Finis239
XXIV. Mussolini y los alemanes251
XXV. Las armas secretas265

Prólogo del traductor

 

"Los 600 días de Mussolini". Veinte meses de lucha y de luto para la República Social Italiana. Duras batallas contra el enemigo en los montes y en las llanuras, las costas y los ríos. Horrores y destrucciones de los bombardeos "científicos". Guerra fratricida en las calles y las plazas de las ciudades.
Empezaron con la liberación del "Duce" de su cautiverio en el Gran Sasso de Italia y acabaron en la sangre de más de 300.000 partidarios de la idea fascista.
Veinte meses de pasión para el Hombre que supo hacer de Italia un imperio y que pagó su culpa con la vida.
Desde el fin de la guerra hasta la fecha se ha escrito mucho sobre este tema. Una plétora de generales y sargentos, políticos y plumíferos, jefazos más o menos reconocidos, secretarios, y amigos del limpiabotas del cuñado del chofer de Fulano o Mengano vertieron toneladas de tinta en forma de palabras en las complacientes páginas de periódicos y libros.
Fueron centenares los escritos de este género; sin embargo pocos, muy pocos los que no desaparecieron sin dejar rastro. Se trataba en la mayor parte de "revelaciones sensacionales", de evidentes fines lucrativos, de "diarios" misteriosamente descubiertos y de muy dudosa paternidad, de desahogos de rencores y pasiones personales, de quejumbrosas disculpas o retractaciones, y así en lo sucesivo.
Sin pretender descubrir la pólvora se puede decir que la objetividad no es una virtud de las que más relucen en nuestra humana sociedad. Uno escribe, se figura que miles de personas en todas partes y bajo todos los cielos leerán sus palabras y que a lo mejor se formarán cierto concepto de un determinado acontecimiento precisamente merced a las mismas. Y entonces cuesta trabajo ser imparcial y objetivo.
Ermanno Amicucci lo ha conseguido. "Los 600 días de Mussolini se pueden considerar en efecto como el primer paso hacia un sereno examen de los sucesos de aquel período tan rebosante de historia. No hay en ellos ni siquiera la más leve tentativa de inter­pretación. Sería absurdo pretenderlo. Pero los que dentro de unos lustros traten de hacerlo, a saber los historiadores, no podrán prescindir de esta obra. Representa indudablemente la primera piedra de aquella alta construcción desde cuya cumbre, únicamente, los venideros podrán tener una visión clara, panorámica y total de lo que aquí abajo, es decir, en nuestra época, ocurrió.
Ermanno Amicucci se hizo cargo de que la tarea de intérprete se presentaba como particularmente ardua e inadecuada para quien quería relatar unos acontecimientos en que había participado, y por ello se propuso narrar los hechos sin emitir juicios, osaría de­cir limitándose a fotografiarlos.
Pero esto no significa que su obra es tan sólo una crónica fría e incolora.
Desde el primer capítulo, desde el momento en que la "cigüeña" del "hombre más peligroso de Europa", el capitán Skorzeny, ate­rrizó en los montes de los Abruzzos para liberar al prisionero de      Badoglio, hasta las ráfagas del fusil ametrallador que concluyó el último acto de la tragedia de Mussolini, los acontecimientos, los sentimientos, los motivos políticos e ideológicos, y los hombres que provocaron y vivieron las duras vicisitudes del tiempo adquieren una fuerza y un dramatismo poderosos. Y en cada página palpita el inexpresado dolor del narrador.
Su estilo de consumado periodista y escritor es como siempre claro, preciso y descriptivo. Llega a ser vibrante y vigoroso cuan­do nos cuenta las esperanzas que brotaron con el nacimiento de la República Social Italiana y el trágico epílogo que apagó su bre­ve existencia. Durante muchos años Ermanno Amicucci trabajó al lado de Mussolini; el 8 de septiembre de 1943, acorde con sus ideas, quiso seguir su destino. Desde el 1 de octubre de 1943 hasta el 25 de abril de 1945 dirigió el "Corriere della Sera", el más acre­ditado periódico del momento. El 26 de abril fue arrestado y el 30 de mayo el Tribunal Extraordinario de Milán le condenaba a muerte "por haber dirigido el periódico político "Corriere della Sera", asumiendo en su cargo unas responsabilidades aun mayores por haber publicado en el mencionado diario deciséis artículos que él mismo recogió en un volumen con el título de "Partida abier­ta" mientras la partida para el Fascismo estaba perdida”. El 18 de Junio de 1945 la Corte de Casación anuló la sentencia por no haber sido concedidas las circunstancias atenuantes genéricas, presentando a Amicucci, para que le juzgaran de nuevo, ante el Tribunal Extraordinario de Brescia, que el 25 de septiembre del mismo año le condenaba a treinta años de reclusión. La exposición de motivos de la sentencia de Brescia era precedida por esta declaración: "Estos hechos (es decir las circunstancias resultantes de los testimonios) revelan en Ermanno Amicucci, como periodista y hombre político, una personalidad no inspirada por la pasión del sectarismo y de las persecuciones personales hacia los adversarios de su partido, y propenso a sentimientos de humanidad y benevolencia para con los caídos en desgracia, aun en el caso de ser antifascistas. Por su conducta moral y por el hecho de que Amicucci no se manchó con actos propios de criminalidad, se le considera merecedor del beneficio del que..."
El 25 de febrero de 1947 el Tribunal Supremo de Justicia —al que Amicucci había apelado nuevamente— anulaba la sentencia de Brescia "por extinción del crimen a causa de la amnistía", declarando que "por la ponderada consideración y el atento aprecio de los artículos acriminados en relación a la personalidad moral y política del autor, el Supremo Colegio se ha convencido de que los escritos están entonados a unos criterios de equilibrio y moderación, de compostura y tranquilidad de ánimo, desprovistos de exageraciones y excitaciones, de calumnias y exaltaciones facciosas". La sentencia añade que "el estilo de los artículos fue moderado y ponderado" y que "el sereno análisis de los escritos persuade a concluir que Amicucci no se sirvió de un medio unívocamente eficiente para ayudar al enemigo y no se manchó con actos propios de criminalidad..."
Tales reconocimientos de la Magistratura Italiana definen el carácter y el estilo de Ermanno Amicucci y son una garantía de la honestidad, intenciones y serenidad de juicio que animan el contenido de este libro.

ALERAMO SPADA DI COLLE D'ALBERI