Las acciones de guerra desarrolladas en los cielos durante la última guerra mundial y narradas, con acentos de verdad y dramatismo, por un simple piloto de caza germano, un hombre cualquiera convertido en modesto y abnegado combatiente de primera línea. Es la historia de una escuadrilla de intercepción, de los hombres sencillos y rectos que la integraron luchando hasta el amargo final, por lo que entendían que era su deber. Uniendo el acre sabor de la aventura bélica a un sentido de profunda humanidad, es uno de los raros libros de guerra alemanes que obtuvo una cordial acogida y un éxito resonante en Francia y los países anglosajones. Desfilan en esta obra, con alucinante realismo, escenas de persecución, luchas encarnizadas entre aparatos de caza, bombardeos a baja altura, destrucción total de ciudades por ataques en masa de olas de aviones que como presas sangrientas se abalanzan sobre las poblaciones indefensas.
Junto a conmovedores relatos de heroísmos, junto a verdaderos y nobles sacrificios en aras de la amistad y del patriotismo, estas páginas nos muestran también, en todo su espantable horror, la guerra enseñoreándose de seres humanos y los sufrimientos que acarrea.
Es este un alegato implacable dentro de su sencillez y objetividad. Página tras página la emoción acrece y apasiona al lector sin caer nunca en fáciles efectismos, como lo prueban estas líneas, cuando el piloto señala luego del detallado combate en el aire que "he envejecido muchos años en esos treinta segundos de supremo peligro. Es curioso que mi voz sea tan débil. Apenas puedo pronunciar un ¡Hola! para llamar al campesino que se acerca; es como un gemido, como el de un hombre que intenta gritar en una pesadilla...".
Günther Bloemertz fue uno de los legendarios 'muchachos de Abbeville' del Jagdgeschwader 26, volando cazas Focke-Wulf FW-190 desde sus bases al norte de Francia contra las intrusiones de la RAF y la USAAF. Describe cotidianamente la vida y la muerte en el Escuadrón, sus casi diarios duelos con los Spitfires y las fortalezas volantes. Luego del Día-D, su Geschwader se ve forzada a replegarse sobre Alemania, combatiendo cada vez más desesperadamente contra los bombardeos masivos.
Bloemertz no busca hacer historia ni escribir unas memorias, pues no se hace uso casi de precisiones históricas ni de nombres reales, pero sí logra narrar con gran precisión y emoción la vida de un piloto y cada detalle de los combates aéreos desde la carlinga del avión.