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Los horrores cometidos en Polonia contra los miembros de la minoría alemana

 

Ministerio de Relaciones Exteriores del Reich

Los horrores cometidos en Polonia contra los miembros de la minoría alemana - Ministerio de Relaciones Exteriores del Reich

448 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2016
, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
 Precio para Argentina: 500 pesos
 Precio internacional: 44 euros

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Finalizada la Primera Guerra Mundial, tras la firma del ignomioso tratado de Versalles, numerosos territorios alemanes fueron anexionados a Polonia, y si bien muchos huyeron a territorio alemán otros tantos permanecieron en sus hogares, ahora suelo polaco.
Entre aquellos territorios, el llamado "Corredor Polaco", una faja de suelo alemán expatriada para darle a Polonia una salida al mar, ocasionaba además que la vasta provincia alemana de Prusia quedara separada del resto del país.
Tras el ascenso de Hitler al poder casi inmediatamente se comenzaron las negociaciones para solucionar este problema de forma provechosa para ambos países. En signo de paz, el propio Hitler llegó a un acuerdo con el Mariscal Pilsudski, con el que firmó el acuerdo Germano-Polaco en 1934, que entraría en vigor poco después, en cuanto Pilsudski —según dijo— lograra que los “mass media” de su país cesaran la violenta agitación antialemana que venían ejerciendo. Pilsudski murió, las sospechas de envenamiento no pudieron ser dilucidades, y el coronel Joseph Beck, nuevo interlocutor, comenzó a demostrar su desacuerdo con lo pactado en medio de un ambiente totalmente belicista inculcado en Polonia por la prensa.
Las minorías alemanas que habitaban territorios polacos antiguamente alemanes de Posen, Prusia Occidental, Silesia y Bromberg, fueron hostilizadas e incluso torturadas y asesinadas.
El ejército polaco, que según la prensa de su país tomaría Berlín en ocho días, fue derrotado por el Ejército Alemán en 15 días. El odio polaco innoculado se desató contra la población alemana y las formaciones paramilitares polacas que no habían sido capaces de enfrentarse a la Wehrmacht se mostraron extremadamente aguerridas en la lucha contra civiles alemanes indefensos, no importara fuera mujer, anciano o niño, como lo demuestran las pruebas que aporta este libro. Conforme las tropas alemanas iban penetrando en suelo polaco, fueron encontrando cadáveres de hombres, mujeres y niños alemanes torturados y asesinados por un populacho enardecido, con apoyo de soldados y oficiales polacos. Alemania pidió a la Cruz Roja y a las agencias internacionales de noticias que enviaran observadores a constatar tales crímenes pero muy poco de esto se divulgó en la prensa. Por ello el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reich se decide a publicar aqui una gran cantidad de pruebas de los horrores cometidos contra civiles alemanes en Polonia, que sin embargo es apenas una pequeña parte de todo el material reunido. A principios de 1940 se estimaba ya que más de 58,000 muertos y desaparecidos se pueden contar entre la minoría alemana en Polonia.
Como corresponde a una real acusación por crímenes comprobables, y no como los inventados por los aliados tras la guerra sobre supuestos crímenes alemanes de los que no se ha podido reunir más prueba que unas pocas declaraciones extraidas por tortura y unos documentos y fotografías claramente falsificados, el gobierno alemán presenta documentación minuciosamente examinada y comprobada, adjuntando actas de Tribunales, declaraciones testificales hechas bajo juramento por alemanes y polacos y una enorme cantidad de fotografías reales.
En el material protocolario están incluidos informes testificales de algunos de los individuos de origen alemán encarcelados, maltratados o secuestrados, así como fotografias de los horrores infligidos a los alemanes por soldados y paisanos polacos (asesinatos, mutilaciones, exacciones violentas). Las fotografías son reproducción exacta de las que se tomaron de las víctimas de apaleamientos, fusilamientos o mutilaciones en el lugar del hecho o del hallazgo; las fotografías cuyo origen no estuviese indudablemente comprobado no han sido incluidas en la colección.
La historia de estos otros "crímenes de los buenos" durante la segunda guerra mundial, que permanecen ignorados o silenciados, espera ser comprobada con esta publicación.

 

ÍNDICE

 

Prólogo11
El pacto germano-polaco de 193411
Pilsudski murió (1935) y todo empezó a cambiar12
Las minorías alemanas masacradas14
Citas16
Protesta francesa contra el terror policíaco polaco17
Un panfleto polaco que invitaba al asesinato19

I.- Más de 58.000 muertos y desaparecidos hasta ahora21

II.- FUENTES Y ACLARACIONES23

III.- Exposición26
Las relaciones polaco-germanas hasta la ruptura de hostilidades27
El terror polaco organizado35

IV.- Documentos64
Casos típicos de crueldad65
1. Cinco registros domiciliarios en el Asilo infantil alemán de Bromberg65
2. La sospechosa gorra de las SS68
3. Escenas de horror en el domingo sangriento de Bromberg68
4. En la disputa por el botín73
5 «¡Todos los „Szwaby” deben ser muertos a tiros!»75
6. «¡Matemos a los alemanes!»76
7. «¡Se les debía matar a golpes, no a tiros!»77
8. «¡Se debe degollar a todos los alemanes!»79
9. «¡Todavía vive este cerdo!»80
10. «¡Te degollaremos!» — «¡Aquí tenéis a la joven hitleriana!»81
11. «¡Cogedlo, para que yo le mate!»82
12. «¡Dios mío... ahora hemos de morir!»84
13. «El perro sanguinario de Bromberg»86
14. Un muchacho de 11 años separado de su madre y muerto a golpes87
15. El asesinato de la familia Radler90
16. Alemana del grupo minoritario herida por 18 cascos de granada97
17. Asesinado —robado— cubierto de tierra100
18. «La masa encefálica estaba fuera — faltaban los ojos»101
19. Un martillo sobre el vientre de un asesinado102
20. Asesinado en presencia de sus propios familiares106
21. Pateado sobre el vientre y el pecho107
22. Los cráneos completamente destrozados — Los cadáveres desnudos109
23. El abuso del púlpito110
24. Oculto en el estercolero117
25. Golpe de culata sobre una mujer encinta118
26. Con palancas de hierro y garrotes119
27. Levantada la mitad del cráneo119
28. ¡El vientre rasgado — los intestinos fuera — castrados!120
29. Arrancada la mitad de la cabeza121
30. Toda una familia asesinada123
31. Una polaca sedienta de asesinato echa espuma de rabia124
32. «Yo muero por mi patria»125
33. Una madre alemana, con seis niños de corta edad pide inútilmente un refugio126
34. El padre fusilado—La hija violada—A ambos se les robó127
35. Violación de colegialas alemanas129
36. La hija como blanco de tiro131
37. Los asesinatos en masa en Jügerdorf133
38. 20 nacionales alemanes fusilados en Jägerhof135
39. Los 39 fusilados de Jesuitersee139
40. Casi no hay una casa donde no se hubiese asesinado143
41. „Métele una bala en la cabeza”143
42. El asesinato en masa de Eichdorf144
Arrojados a un abrevadero, con el cadáver de un perro150
43. Piernas y manos quebradas; lenguas, narices y orejas cortadas153
44. Las arterias del pulso cortadas154
45. El padre, el esposo y el tío asesinados154
46. 27 alemanes asesinados en el cementerio de Kaminieck156
47. El rostro partido en tres partes156
48. Patadas en la cara157
49. Se le arrastra atado hasta morir159
50. «¡Dale!, ¡Dale!»164
51. Torturado lentamente hasta hacerlo morir167
52. Asesinados a tiros uno tras otro169
53. Asesinatos en masa en Samara172
54. La barbilla destrozada; la masa encefálica yace esparcida alrededor173
55. Razzia a través de las granjas alemanas175
56. Soldados polacos como incendiarios. Asesinato de Karl y Lydia Baar182
57. Entre montones de paja en llamas185
58. «Todos a la pared»187
59. Los ojos sacados188
60. La mandíbula rota. Castrado189
61. Ambas piernas cortadas con un hacha189
62. Ante su hijo mutilado190
63. 9 mujeres alemanas asesinadas en Neutecklenburg191
64. Asesinatos en masa en Ostwehr192
65. 14 alemanes fusilados en las inmediaciones de Nieschawa195
66. Un muchacho alemán es conducido en las puntas de las bayonetas por el mercado de Alexandrowo196
67. La cabeza completamente destrozada. El ojo derecho vaciado197
68. Los cadáveres en una fosa de estiércol198
69. Una mujer en meses avanzados de gestación fusilada y arrojada a una pocilga200
70. Esposados de dos en dos fueron, conducidos a los sitios de ejecución202
71. «Dinero de entrada» para una exposición de cadáveres — El coleccionar sellos de correo, bajo sospecha de espionaje.205
72. Por 20 «Groschen» (100 céntimos) pueden verse cadáveres de alemanes210
73. Cinco cadáveres confusamente hacinados.210
74. Estudiantes polacos como francotiradores211
74 a. Fusilados por insurrectos polacos213
74 b. Muchachos polacos de 16 años como bandidos asesinos215
75. Fuego cerrado de parte de los insurrectos217
76. Informaciones presenciales sobre los convoyes de evacuados221
77. La espeluznante marcha hacia Lowitsch221
78. El padre Breitinger, cura de almas de los católicos alemanes de Posen, describe el convoy de evacuados de Posen231
79. Conducidos a la fuerza 320 kilómetros236
80. Como fue asesinado el cirujano Doctor Staemmler240
81. El asesinato del Doctor Kirchhoff245
82. Cómo fue fusilado por la espalda el pastor Rudolph, de Grütz248
83. Cómo fue maltratado el pastor Klienitz, de Czempin249
84. No se perdonó tampoco a los mutilados250
85. Asesinato del baron von Gersdorff250
86. Sobre el camino hacia Lowitsch quedaron numerosos cadáveres de alemanes a los que se había arrancado de sus hogares252
87. Una locomotora aplasta a dos vagones ocupados por alemanes arrancados de sus hogares253
88. El camino de la muerte, hacia Kutno254
89. Entre los martirios de este éxodo se encuentran también ancianos259
90. El sacerdote Rauhut, padre espiritual de los católicos alemanes de Gnesen, informa acerca de los sacados de este lugar263
91. Ni siquiera los contrahechos escaparon a este destino267
92. Obligado a avanzar con los pies ensangrentados268
93. Un alemán de 80 años muerto a golpes por los gendarmes polacos268
94. Un oficial polaco, jefe de bandas de asesinos, mata a tiros a varios alemanes capturados269
95. De Lissa a Lowitsch270
96. En carros de ganado y en marchas forzadas con dirección a Lowitsch273
97. Fusilados por soldados de infantería polaca277
98. Un teniente primero polaco asesina en masa280
99. Un maestro alemán muerto a golpes con un martillo de herrero287
100. Un oficial polaco hace fusilar a varios alemanes290
101. Con vergajos y pistolas. Mujeres polacas que parecen furias292
102. Los asesinatos en Klodawa299
103. Expuestos como espectáculo al populacho302
104. Asesinatos en las columnas de deportados que se dirigían hacia Tulischkow/Turek306
105. El pastor Leszczynski refiere sobre la marcha de la muerte hacia Tarnowa311
106. La bala como prueba del delito315
107. El sacrificio sangriento cometido contra el elemento alemán en Lissa316
108. Secuestrado y llevado a Brest-Litowsk321
109. En el infierno de Bereza-Kartuska327
110. El padre Odilo Gerhard, O. F. M.328
111. La marcha de los internados de Obornik — La columna de los secuestrados hasta cerca de Varsovia331
Memoria del médico forense337
Memoria337
IV. Resumen360

DOCUMENTOS FOTOGRÁFICOS363

DOCUMENTOS363
Orden de puesta en libertad que equivale a la condena a muerte365
Contusiones. 368
Mutilaciones y fosas comunes368
Saqueos y devastaciones392
Esquelas y listas de desaparecidos395
Anuncios oficiales y otros testimonios412
Documentos fotográficos que acompañan a los informes forenses422
Plano general de los lugares de la antigua Polonia donde se desarrollaron los hechos objeto de esta monografía447


Prólogo

 

El pacto germano-polaco de 1934

En 1934, un año después de llegar Hitler al poder, empezó a tratar con el Mariscal Pilsudski un problema pendiente desde la terminación de la Primera Guerra Mundial (1918) y el consiguiente Tratado de Paz de Versalles. Resulta que las potencias aliadas le habían cercenado a Alemania varios territorios que le fueron anexionados a Polonia.
Entre esos territorios figuraba el llamado “Corredor Polaco”, que era una faja de suelo alemán para darle a Polonia una salida al mar. Dicha faja ocasionaba que la vasta provincia alemana de Prusia quedara separada del resto del país.
En las negociaciones con Pilsudski, Hitler dijo que reconocía la necesidad de que Polonia tuviera salida al mar, y por tanto no reclamaba el antiguo suelo alemán del “Corredor”, pero que a su vez Alemania tenía necesidad de comunicar su provincia de Prusia con el resto de Alemania, para lo cual pedía que se le autorizara, construir un ferrocarril y una carretera, a través del “Corredor Polaco”.
Pilsudski admitió que eran dos necesidades, equivalentes, en beneficio de Polonia y de Alemania, y el 26 de enero de 1934 se firmó un Acuerdo Germano-Polaco en ese sentido. Entraría en vigor poco después, en cuanto Pilsudski —según dijo— lograra que los “mass media” de su país cesaran la violenta agitación antialemana que venían ejerciendo.
Europa respiró cuando ese 26 de enero de 1934 la noticia del Pacto dio la vuelta al mundo. La actitud de Hitler y el sentido político de la realidad del Mariscal Pilsudski se habían unido en el anhelo de iniciar una nueva fase de las relaciones políticas germano-polacas. Todos aquellos que apreciaban en la latente tensión polaco-alemana un peligro inminente para la paz europea reconocieron que la disposi­ción de ambos estadistas a una colaboración iba en interés del apaciguamiento general en Europa.

Pero Pilsudski murió (1935) y todo empezó a cambiar
Con motivo de la inesperada muerte de Pilsudski circularon rumores de un posible gradual envenenamiento, pero no pudo confirmarse nada debido a que no hubo autopsia.
A Pilsudski lo reemplazó su secretario de Relaciones Exteriores, coronel Joseph Beck, quien gradualmente fue demostrando que no estaba conforme en poner en vigor el Pacto Germano-Polaco firmado por su antiguo jefe, aunque de momento no lo decía claramente y sólo lo iba soslayando.
En 1938, aprovechando la fragmentación de Checoslovaquia —país inventado por las potencias occidentales en 1918— y la incorporación de los alemanes de los Sudetes a Alemania, el dictador Beck se anexó el distrito fronterizo de Teschen, alegando que la mayoría de sus 240,000 habitantes eran polacos. Hitler pudo haber puesto eso a discusión, como una forma de presionar a Beck, pero no lo hizo. Prácticamente fue un rasgo de amistad.
Sin embargo, las relaciones de Alemania y Polonia no mejo­raban. Por el contrario, los “mass media” de Polonia promovían mayor hostilidad hacia Alemania. En territorios antiguamente alemanes de Posen, Prusia Occidental, Silesia y Bromberg, habitaban minorías de alemanes entre la población polaca, y en julio y agosto de 1939 fueron crecientemente hostilizadas e incluso torturadas y asesinadas. El Pacto germano polaco de amistad firmado con Pilsudski en 1934 estaba totalmente roto.
Hitler hizo presión sobre Beck y éste envió un ministro a Berlín para tratar el problema, pero no llevaba facultades para llegar a ningún acuerdo. Entretanto, Beck concentraba tropas en su frontera con Alemania y los “mass media” hablaban de que, en caso de guerra, los polacos tomarían Berlín en ocho días porque los generales alemanes derrocarían a Hitler.
Años antes Inglaterra y Francia le habían pedido a Pilsudski que accediera a las exigencias soviéticas, pero en 1939 no le pidieron a Beck que respetara el Pacto Germano-Polaco. ¡Querían guerra!
Hitler ordenó atacar a Polonia el 30 de agosto, pero lo pospuso para el primero de septiembre en espera de una última gestión, a la cual Beck contestó: “Polonia no tiene nada que negociar sobre el Corredor ni sobre nada.”
Así, pues, empezó la guerra germano-polaca y tres días después Inglaterra y Francia le declararon la guerra a Alemania, con lo cual se iniciaba la Segunda Guerra Mundial.
El Ejército polaco fue derrotado en 15 días. El dictador Beck se negó a declarar a Varsovia como ciudad abierta y la convirtió en “fortaleza de combate”, en tanto que él se ponía a salvo huyendo al extranjero. Los combates duraron una semana más hasta que cayó Varsovia.
Era tanto el odio a los alemanes que 250,000 soldados polacos prefirieron entregarse a los soviéticos, quienes además se llevaron a millón y medio de polacos. A los soldados les concedieron la ciudadanía soviética y los encuadraron en el Ejército Rojo, en tanto que a los oficiales y profesionales (más de 22,000) los mataron de un tiro en la nuca y los sepultaron en los bosques de Katyn, “por ser inasimi­lables.” [El Crimen de Katyn. Documentos del General polaco Wadyslaw Anders].
Tan sólo en Europa (sin contar con la guerra en el Pacífico), murieron más de veinte millones de seres humanos, entre soldados y civiles.
¿Todo eso por la bagatela de unos cuantos kilómetros de carretera y ferrocarril a través del Corredor polaco? ¿Todo por un capricho de Beck y por el odio demoniaco que los “mass media” cultivaron en Polonia?

Las minorías alemanas masacradas
Conforme las tropas alemanas iban penetrando en suelo po­laco, fueron encontrando cadáveres de hombres, mujeres y niños (de las minorías alemanas) torturados y asesinados por un populacho enardecido, con apoyo de soldados y oficiales polacos.
Alemania pidió a la Cruz Roja y a las agencias internacionales de noticias (United Press y Associaton Press), que enviaran observadores a constatar tales crímenes. Muy poco de esto se divulgó en la prensa; si acaso, pequeñas notas que no daban idea de lo ocurrido.
Por eso el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reich publicó un libro que empieza diciendo:
“Más de 58,000 muertos y desaparecidos hasta ahora ha perdido la minoría alemana en Polonia, cifra tremenda con que el terror polaco ha gravado para siempre en la Historia a ese pueblo. El día en que se publicó la primera edición de esta colección de documentos (17 de noviembre de 1939) estaban plenamente comprobados 5,437 asesinatos perpetrados por soldados polacos y por la población civil en las personas de hombres, mujeres y niños de la minoría alemana en Polonia. Ya entonces se sabía que la cifra de los asesinatos aumentaría considerablemente. En efecto, desde entonces el número de cadáveres identificados de alemanes de la minoría aumentó hasta el 1° de febrero de 1940 a 12,857. A esto hay que añadir, según las comprobaciones oficiales, más de 45,000 personas desaparecidas desde que estalló la guerra germano-polaca y que por falta de toda huella hay que suponer que también han sido asesinadas.”
Los Tribunales especiales de Bromberg y Posen son Tribunales de jurisdicción ordinaria, cuyas sentencias han sido dictadas de acuerdo con las leyes alemanas comunes y la Jurisprudencia del Tribunal Supremo del Reich y que han actuado de conformidad con los principios del procedimiento criminal alemán. De las actas de estos Tribunales especiales se han utilizado hasta el 15 de noviembre de 1939, tanto las sentencias firmes como las declaraciones testificales hechas bajo juramento por individuos de origen alemán e incluso por súbditos polacos.
En el material protocolario están incluidos informes testificales de algunos de los individuos de origen alemán encarcelados, maltratados o secuestrados, así como fotografias de numerosos horrores infligidos a los alemanes por soldados y paisanos polacos (asesinatos, mutilaciones, exacciones violentas). Las fotografías son reproducción exacta de las que se tomaron de las víctimas de apaleamientos, fusilamientos o mutilaciones en el lugar del hecho o del hallazgo; las fotografías cuyo origen no estuviese indudablemente comprobado no han sido incluidas en la colección.
Debido al cúmulo de material sobre las crueldades, no pueden reproducirse íntegros todos los casos probados en el sumario.
Tampoco abarca esta recopilación los innumerables actos de crueldad cometidos contra miembros de la minoría alemana antes de la ruptura de hostilidades.
Citas

«Si la razón exige que los vicios a que una nación propende por naturaleza haya que reprimirlos con severas leyes, en Polonia esos vicios son la bárbara crueldad y la desidia estando la última tan extendida como la primera.»
Sir George Carew, A Relation of the State of Polonia and the United Provinces of that Crown anno 1598.

Muera el alemán, nuestro enemigo
Saquead, robad, incendiad.
Que muera el enemigo entre tormentos.
El que cuelgue a los perros alemanes

Será premiado por Dios.
Yo, sacerdote, os prometo
Alimento por ello en el reino de los cielos...
Pero maldición sobre el malvado
Que defienda entre nosotros al alemán.
Canción de odio de los polacos contra Alemania durante la rebelión de 1848.

«... Las autoridades polacas martirizan a los que no quieren hacer declaración alguna de manera que la inquisición de la Edad Media palidece ante los martirios que tienen que sufrir en Wilna y en la comarca los prisioneros polacos.»
Pierre Valmigére: «¿Y mañana...? Francia, Alemania y Polonia», edición alemana (Berlín 1929, pág. 12)

¡Cuanto más se entra en Polonia más robos y más asesinatos!
Proverbio ruso.

«Uno de los pueblos eslavos, los polacos, constituyen ciertamente una triste excepción. La violencia y la intolerancia caracterizan su historia.»
Danilewsky: «Rusia y Europa».

«...Sería quizá fastidioso enumerar detalladamente los actos de opresión... Un informe sobre ello sería de una extensión imposible. Pero hay cosas que no pueden dejar de mencionarse, cosas que tiene que escuchar el mundo civilizado, y son las espantosas e inhumanas barbaridades... en las cárceles polacas...»
«Manchester Guardian» del 12.12.31, bajo el título: «Oppression of Ukranians. Methods of Middle Ages revives by Poles.» — From our Special Correspondent, Lemberg.

Protesta francesa contra el terror policíaco polaco
«Una ola de terror recorre en este momento Polonia. La prensa no puede hablar apenas de ello porque está amordazada. Se trata de un régimen policíaco con todos sus terrores y con todas sus bárbaras medidas de opresión. Las cárceles de la República encierran hoy más de 3.000 delincuentes políticos. Maltratados por sus carceleros, ultrajados, golpeados con cintos y palos... La vida que se les obliga a llevar es tal que en muchas cárceles los prisioneros prefieren la muerte al lento martirio al que están, sometidos.
Paul Painlevé, Edouard Herriot, Léon Blum, Paul Boncour, Séverine, Romain Rolland, Victor Basch, Georges Piech, Pierre Caron, Charles Richet, Aulard, Hadamard, Bouglé, F. Hérold, Mathias Morhardt, Jean-Richard Bloch, Pierre Hamp, Charles Vildrac, Lucien Descaves, Henri Béraud, Michel Corday, Léon Bazalgette, Paul Colin, Albert Crémieux, Henry Marx, Paul Reboux, Noël-Garnier.»
Protesta de políticos e intelectuales franceses contra el terror de las minorías en Polonia (publié á Paris, au mois de mai 1924)
(Citado según: La terreur blanche en Pologne, Edition du conseil national ukranien, Viena 1925, pág. 7).

«Las minorías en Polonia deben desaparecer. La política polaca es la que cuida de que no desaparezcan sólo en el papel. Esta política sigue haciéndose brutalmente y sin la menor consideración a la opinión pública del mundo, a los tratados internacionales o a la Sociedad de Naciones. La Ucrania se ha convertido en un infierno bajo la soberanía polaca. De la Rusia blanca puede decirse lo mismo con más razón todavía. La finalidad de la política polaca es la desaparición de las minorías nacionales en el papel y en la realidad.»
«Manchester Guardian» del 14.12.31, información especial de Varsovia.

«Polonia es una mezcla de brutalidad sármata y casi neozelandesa y de refinamiento francés; un, pueblo sin gusto e inculto y sin embargo entregado al lujo, al juego y a las modas.»
Georg Forster: Cartas de Forster I, pág. 467.
Un panfleto polaco que invitaba al asesinato
«¿No podemos hacer lo mismo que los españoles? El que tenga valor que tome las armas y se lance contra el enemigo. Mujeres, niños y ancianos pueden asesinar en casa, en cuanto se aloje en ella un soldado enemigo. Si pasa por la ciudad arrojad sobre él agua hirviendo por las ventanas y tirádle piedras. ¡Aniquiládle en todas partes! ¡Que no vea los víveres, enterradlos en hoyos! ¡En el campo de batalla nuestro Ejército polaco hará flamear las armas ante sus ojos. Entonces veremos si nuestros sojuzgadores, los tres, pueden hacer alto en nuestra sagrada tierra polaca ni siquiera unos meses. No, no permanecerán tanto tiempo. ¡Lo que se salve de las armas polacas huirá precipitadamente por la frontera!»
Del panfleto polaco: «Palabras de verdad para el pueblo polaco».
Impreso bajo el patrocinio de la Santísima Virgen, patrona de Polonia. 1848.

«Pero los vecinos inmediatos de Polonia conocen ya de antiguo esas brillantes promesas... y desconfían de ellas.
Por su larga experiencia temen que los polacos se muestren en la administración de su nueva independencia sin sentido de orden, anárquicos, incumplidores y confusos.
Como los vecinos conocen a los polacos como vengativos, violentos y pendencieros temen que su soberanía sea brutal, torpe, intolerante y tiránica.»
D´Etchegoyen, Olivier: Pologne, Pologne... París 1925.

«... Estos son los métodos de brutal violencia que el Estado polaco aplica en lugar de los nuevos y más venturosos conceptos de derecho y de justicia...»
Teniente coronel Graham Seton Hutchison, miembro británico de la Comisión del plebiscito de la Alta Silesia 1920/21.

«... Cuando los polacos se dan cuenta de que son los más débiles, saben mostrarse humildes y dóciles, pero cuando encuentran el punto flaco y se convierten en amos, son tercos, altaneros y crueles... La libertad sin trabas en que viven los polacos y la ley, que rescata con dinero todos los delitos, excluyendo unos cuantos, es causa de que entre otras cosas censurables sea también el homicidio muy corriente en Polonia.»
Del diario de viaje del hidalgo frisón Ulrich von Werdun 1671/72.

«Compatriotas y hermanos que, como yo, y para propio mal, habéis conocido a los polacos: unid vuestra voz a la mía para que en el futuro no cause ya más daño la perfidia y la doblez de este pueblo. Todos los hermanos deben oírlo y todo eco debe repetir que el polaco no conoce derecho ni ley y que la palabra de un kalmuco vale cien veces más que todos los tratados firmados en Polonia.»
M. Méthée: Histoire de la Prétendue Revolution de Pologne. París 1792, pág. 184.

«El aldeano está inclinado a la bebida, a la pendencia, a la injuria y al homicidio. En ningún pueblo se pueden encontrar tan fácilmente tantos homicidios.»
Richard Roepell: Historia de Polonia, Vol. I, Hamburgo 1840.


FUENTES Y ACLARACIONES

 

La exposición de la campaña de crueldades contra los miembros de la minoría alemana de Polonia reposa en los autos de los Tribunales especiales de Bromberg y Posen, en los atestados de las comisiones especiales del Jefe de Policía, en unión de los dictámenes forenses de la Inspección de Sanidad del Alto Mando del Ejército, y en los sumarios del Juzgado militar organizado por el Alto Mando del Ejército para entender en las infracciones del Derecho de gentes. El material auténtico sobre cada caso particular de crueldad está tomado de los atestados antes mencionados.
Los Tribunales especiales de Bromberg y Posen son Tribunales de jurisdicción ordinaria cuyas sentencias han sido dictadas de acuerdo con las leyes alemanas comunes y la Jurisprudencia del Tribunal Supremo del Reich y que han actuado de conformidad con los principios del procedimiento criminal alemán. De las actas de estos Tribunales especiales se han utilizado hasta el 15 de noviembre de 1939, tanto las sentencias firmes como las declaraciones testificales hechas bajo juramento por individuos de origen alemán e incluso por súbditos polacos. De las actuaciones de las Comisiones especiales se han extraído los atestados policíacos, documentos y material gráfico. De los expedientes de los médicos forenses (informes, fotografías y preparaciones) se han tomado reproducciones fotográficas y el informe colectivo consignado como memoria sobre los dictámenes de autopsia de las víctimas. De las actuaciones de la Sección de Investigaciones del Ejército se han extraído, sobre todo, las declaraciones testificales prestadas, bajo juramento, ante funcionarios de la jurisdicción militar, anotadas en dos tomos editados por el Alto Mando del Ejército (Sección Jurídica del Ejército). «Atrocidades cometidas por polacos, en Bromberg, Pless y Stopanica contra individuos de origen alemán y prisioneros de guerra» (Tomo I) y «Atrocidades cometidas por polacos, dentro de la provincia de Posnania, contra individuos de origen alemán y prisioneros de guerra» (Tomo II) en los cuales se han recopilado los informes.
En el material protocolario están incluidos informes testificales de algunos de los individuos de origen alemán encarcelados, maltratados o secuestrados, así como fotografías de numerosos horrores infligidos a los alemanes por soldados y paisanos polacos (asesinatos, mutilaciones, exacciones violentas). Las fotografías son reproducción exacta de las que se tomaron de las víctimas de apaleamientos, fusilamientos o mutilaciones en el lugar del hecho o del hallazgo; las fotografías cuyo origen no estuviese indudablemente comprobado no han sido incluidas en la colección. Se han unido copias fotográficas de páginas enteras con esquelas de muertos y desaparecidos que, día tras día, han publicado los periódicos de Posen y Bromberg, durante varias semanas después de los días de terror.
Los sumarios de la Sección de Investigación militar se citan en el texto con las letras WR I o WR II, según proceda; los de los Tribunales especiales con las indicaciones Sd K. LS o Sd. Is.; los atestados de las comisiones especiales del Jefe de Policía (Dirección General de Policía del Reich) con la de RKPA y los dictámenes de autopsia e inspección de cadáveres con la de OKW. HS en Br. o P, respectivamente.
Debido al cúmulo de material sobre las crueldades, no pueden reproducirse íntegros todos los casos probados en el sumario; algunos están reproducidos conforme a la redacción original de autos y otros se exponen citando los puntos decisivos de la prueba testifical. Por las mismas razones, se ha prescindido de la reproducción de las historias clínicas de los miembros del grupo alemán que habían sufrido graves lesiones al ser arrastrados por los polacos; se dispone de ellas, como nuevo e interesante material auténtico, en el Hospital Evangelische Diakonissen-Anstalt, de Posen, y en el lazareto de campaña del Hospital Municipal de Bromberg. El libro sólo contiene una selección del abundante material fotográfico. Todos los atestados y documentos utilizados para este acopio de material se conservan, en Berlín, por las autoridades centrales competentes.
En este libro, que se ocupa exclusivamente de los excesos de los polacos contra los individuos de nacionalidad alemana, no se ha tenido en cuenta el restante material obtenido sobre las infracciones polacas del Derecho de Guerra e Internacional, cometidas en el trato aplicado a los alemanes apresados y muertos en la guerra. Tampoco abarca esta recopilación los innumerables actos de crueldad cometidos contra miembros de la minoría alemana antes de la ruptura de hostilidades.