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División 250

 

Tomás Salvador

División 250 - División Azul - Tomás Salvador

392 páginas
incluye 9 fotografías
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2016
, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
 Precio para Argentina: 350 pesos
 Precio internacional: 30 euros

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tomás Salvador, ex combatiente de la División Azul en Rusia de 1941 a 1943, nos presenta una de las obra más famosas y elogiadas de la célebre División 250, con la que cerca de 47.000 españoles marcharon voluntariamente al frente ruso para combatir el comunismo. Pocas obras han logrado narrar con tanta fuerza, realismo y emoción la vivencia del frente, hasta el punto que el lector se siente acompañando a aquellos hombres y se resiste a dejar la lectura.
Militares profesionales, veteranos de la Guerra Civil y jóvenes ansiosos de aventuras -falangistas en su mayoría que, por el color de sus camisas, dieron nombre a la División-, arriesgaron y sacrificaron sus vidas por su idea de Europa. Casi 5.000 quedaron allí enterrados. Tomás Salvador regresó. En estas páginas no entra a valorar los motivos políticos o ideológicos que les impulsaron, simplemente hace una emotiva, detallada y dura crónica de lo que vivieron en Rusia. Es una obra coral de la vida cotidiana de aquellos hombres y de los episodios más notables de la División de Voluntarios Españoles, la División 250 de la Wehrmacht, la DIVISIÓN AZUL. El esfuerzo de estos hombres, su extraordinario comportamiento en el frente, fue reconocido con miles de condecoraciones y la admiración del mando alemán.
En los campos de Rusia, en los que soportaron unos inviernos inhumanos, escribieron la última gran hazaña del Ejército Español. Este libro es una cruda novela de guerra, una novela de personas, de soldados; una crónica de otros tiempos, un relato de nuestra Historia.
Cada capítulo corresponde a una acción, un hecho significativo, sea en el cuartel, el frente o la retaguardia. Y está narrado ab intra desde el pellejo de un combatiente, unas veces soldado, otras sargento, no pocas teniente o capitán, y, alguna, comandante. Estas situaciones corresponden, cronológicamente, a la historia de la División 250, a modo de pinceladas de un gran cuadro, componiendo entre todas el retrato de la guerra.
La que sigue es la historia multiforme, en extensión y profundidad humana, de estos mismos hechos tan sumariamente narrados. Se ha procurado incluir todo: la batalla grande y el golpe de mano, el bombardeo y el día de calma, los hospitales y la retaguardia, lo dramático y lo risueño.
Tomás Salvador consigue transmitir las sensaciones, las experiencias de los personajes, con la habilidad del maestro que ha hecho de la genialidad su rutina. Es esta la gran obra clásica de la División Española de Voluntarios en el frente del Este, debida a un magnífico escritor que fue en Rusia un simple soldado. Una emotiva recreación literaria con un único personaje central: toda la División.

 

ÍNDICE

 

Prefacio7
Prólogo a la cuarta edición 9
Historia brevísima de la División 250 11
Quince años después
Invocación. Tiempo 15
Tiempo pasado 17
Tiempo presente 19
1941
15 de julio: El vagón 23
Frontera 27
Francia 30
Alemania 36
Campamento 41
Gott mit uns 44
31 de julio: Juramento 49
Los hipomóviles 53
Fil temperament 56
Cantinas 60
21 de agosto: Soldados al frente 64
Ultimas fronteras 67
La marcha
Tienda de campaña 79
2.ª marcha: Suministros 83
2 de octubre: Última etapa 89
El frente: La casa del señor 95
18 de octubre: Ofensiva. Posición «Navarro» 103
Smeiko, Sitno, Russa... 109
Tigoda y los cuarteles 118
Nitlikino: día 31 de octubre 125
12, 13 y 14 de Noviembre en Possad 131
Otensky 146
Hospitales 152
8 de diciembre: Retirada 160
Nochebuena 170
27 de diciembre: Udarnik y posición intermedia 176
1942
Lago Ilmen 185
Nowgorod 209
Cruz de hierro 213
Correo de campaña 217
Riga 222
Deshielo 227
Relevo 233
La bolsa 237
Prisioneros 246
Agosto, 1942: Cambio de frente 250
Frente a Leningrado 254
Doce de Octubre 259
Puschkin 263
Golpe de mano 267
1943
Dios en el frente 273
Posselok: Segundo Batallón del Regimiento 269 278
10 de Febrero en Krassnyj Bor 290
11 de Febrero en el Ishora 310
Minas 318
El día de San José 323
Últimas paginas del diario de un veterano 330
Verano, 1943: Un dia cualquiera 337
Cinco de Octubre 343
Relevo 350
La Legión
Sin idea de relevo y a extinguir en el frente. 357
Cuarteles de Jamburg 357
Operación Kruti Rutssji 360
Diciembre 1943: El orinal de los frentes 365
Retirada general 371
Armas a la funerala 378
Soneto final, soneto de amor con estrambote 383

Prefacio

 

“Fue un día de junio de 1941. Los alemanes acababan de atacar Rusia...”Desde aquel día hasta marzo de 1944, cerca de 47.000 españoles marcharon voluntariamente al frente ruso a combatir el comunismo.
Militares profesionales, veteranos de la Guerra Civil y jóvenes ansiosos de aventuras -falangistas en su mayoría que, por el color de sus camisas, dieron nombre a la División-, arriesgaron y sacrificaron sus vidas por su idea de Europa. Casi 5.000 quedaron allí enterrados. Tomás Salvador regresó. En estas páginas no entra a valorar los motivos políticos o ideológicos que les impulsaron, simplemente hace una emotiva, detallada y dura crónica novelada, de principio a fin, de lo que vivieron en Rusia. Es una obra coral de la vida cotidiana de aquellos hombres y de los episodios más notables de la División de Voluntarios Españoles, la División 250 de la Wehrmacht, la DIVISIÓN AZUL. El esfuerzo de estos hombres, su extraordinario comportamiento en el frente, fue reconocido con miles de condecoraciones y la admiración del mando alemán. Pero cuando regresaron a España el panorama internacional había cambiado. Con la derrota de Alemania se intentó mantenerlos ocultos y con la llegada de la democracia poco menos que se los demonizó. Lo cierto es que en los campos de Rusia, en los que soportaron unos inviernos inhumanos, escribieron la última gran hazaña del Ejército Español. Este libro es una cruda novela de guerra, una novela de personas, de soldados; una crónica de otros tiempos, un relato de nuestra Historia todavía reciente”
TOMAS SALVADOR

Prólogo a la cuarta edición

 

Al revisar, cuatro años después de la primera salida, este libro de guerra, aun siendo su autor me he encontrado un poco como crítico y lector. Y he hallado lo siguiente: conserva enteramente sus valores y es un libro objetivo y fiel, el clima está absolutamente logrado y no existen demasiadas páginas sangrientas y, positivamente, ningún combate truculento. Abunda el humor y el desgarro y los hombres mueren, sencillamente, a la española. Después, donde hubo gloria, haya paz y Dios con todos.
Ahora bien, la técnica me parece que necesita una pequeña explicación, pues parece confusa y sobre todo obrando sobre valores convencionales, o sea, ya sabidos, como escrito para los interesados o combatientes; pero dado que las historias se escriben para todos, conviene aclarar lo siguiente: la técnica empleada es de «situaciones». Cada capítulo corresponde a una acción, un hecho significativo, sea en el cuartel, el frente o la retaguardia. Y está narrado ab intra desde el pellejo de un combatiente, unas veces soldado, otras sargento, no pocas teniente o capitán, y, alguna, comandante. De coronel a general no me he atrevido, es la verdad. Estas situaciones corresponden, cronológicamente, a la historia de la División 250, llamada «División Azul», y son a modo de pinceladas de un gran cuadro, componiendo entre todas el retrato de la guerra.
Escogí esta forma colectiva de la narración, porque el peligro de las novelas de guerra es la elefantiasis, el héroe o protagonista que quiere estar -y está- en todas partes, error profundo que todo el que ha combatido sabe muy bien. Un soldado es muy poca cosa y solamente ve una pequeña parte de la guerra. Muchas pequeñas partes hacen el gran informe. Empero, entonces puede surgir algún confusionismo. Ahora, por ejemplo, echo de ver que hace falta una falsilla, una a modo de «historia en mil palabras», para que luego, tomando los párrafos de esas mil palabras, cada actor recite su parte.
Primero, la orquesta; luego, los solistas.
Yaya, pues, por delante la...

 

 

Historia brevísima de la División 250

 

El día 22 de junio de 1941, el Ejército alemán invadió Rusia. Calmado el enorme estupor que produjo el inesperado ataque, tomó cuerpo en España la idea de voluntarios para aquel frente. A finales de junio y primeros de julio se fueron formando los regimientos. Del 12 al 20 de julio fueron cruzando las fronteras. España, Francia, Alemania... Para instrucción y armamento, la División es alojada en Grafemwör, cerca de Bayreuth (Baviera). La instrucción fue acelerada: el 31 se jura la bandera; el 10 de agosto se empieza a recibir armamento; el 21 del mismo mes se abandona el campamento militar. En tren, se atraviesa Alemania y el pasillo de Dantzig, llegando hasta Polonia. Desde la zona de Suwalki y Grodno, la División 250 comienza una marcha que habría de durar cuarenta días, por Wilna, Molodeschno, Minks, Orscha, Dubrowna y Witebts. En esta última, en camiones y ferrocarril, la división es enviada al frente del Wolchow, primeros días de octubre. Entra en línea el 12; el 15 hay un pequeño reconocimiento en la zona llamada «Casa del Señor»; el 18 empiezan las operaciones, en la parte más septentrional, cruzando el Wolchow y estableciendo la llamada «Posición Navarro»; en los tres días siguientes se ocupan los pueblos de Smeiko, Russa, Sitno y Tigoda; el día 22 se ataca a los llamados «cuarteles» de Dubrowka, fracasando y siendo casi aniquilado el llamado «batallón de la tía Bernarda», o 250. Se paraliza casi la acción, pero todavía, el 27, se ocupa Nitkilino. Se produce la reacción rusa y estos pueblos tienen que soportar, en días sucesivos, fuertes ataques. Más arriba, los alemanes ocupan otros pueblos: Schewelevo, Otenski, Possad y Wischera, que ceden a los españoles. El Alto Mando suspende, por lo avanzado del invierno, la ofensiva, en la cual la División 250 forma el ala extrema del Ejército 16, que tenía por objeto romper el frente ruso. Paralizada la acción propia, los rusos atacan. La cabeza de puente sufre mucho. La más fuerte embestida la soporta el pueblo de Possad, que en los días 12, 13 y 14 de noviembre queda cercado. Restablecida la comunicación, con ataques intermitentes, la situación dura hasta el 8 de diciembre, en que se ordena abandonar la cabeza de puente y volver al lado izquierdo del río. El día 8 se evacuan Possad y Otenski; el día 10, Sitno, Tigoda y Nitkilino; el 11, Smeiko y la Posición Navarro. La división ocupa un frente desde el poblado de Udaraik al lago limen.
Los rusos continúan su contraofensiva y el día 27 de diciembre -tras algunos hostigamientos previos- cruzan el río entre Udarnik y Lubkowo, aplastando la «Posición Intermedia», entre ambos poblados. Se rechaza la infiltración. A finales de año, aquel trozo de frente se cede a los alemanes, y el regimiento 269, que había llevado el peso de la lucha, pasa a reserva. En la nueva situación, la punta más septentrional del frente español es Gorka.
Empieza el año con un frente en ebullición, atacando los rusos desde Leningrado a las mesetas de Waldai. Al sur del lago limen, una guarnición alemana queda cercada. Se pide a los españoles que vayan.
El día 9 de enero, se forma una llamada compañía de Esquiadores, con la misión de cruzar a pie el lago y ayudar a los alemanes. Se cruza el lago y la acción dura hasta el día 25, sufriéndose un 90 por cien de bajas.
Compás de espera. Se reduce más el sector español, desde Sapolje al lago. Los rusos atacan continuamente la carretera a Schudowo. La guerra de posiciones dura hasta marzo, en que los rusos rompen el frente por las líneas alemanas de las divisiones 215 y 116 e irrumpen en la retaguardia. Es una maniobra de gran estilo, con dos Ejércitos. Fracasa, porque los alemanes estrangulan la penetración, formándose lo ¡que habría de llamarse «bolsa del WolcKow». Dicha bolsa habría de durar desde abril a junio de 1942, con frecuentes ataques a los costados, para romper el cerco. Los españoles forman una unidad, la ID 250, con el Grupo de Zapadores, el de exploración y los batallones de Román y Ramírez de Cartagena. Oscurecidos por los nombres de. Sitno, Possad, Nitkilino y Lago limen, estas acciones no han sido bien conocidas, pero fueron muy importantes. Hubo ocasión en que, en una semana, los españoles hicieron 5.000 prisioneros.
Reducida la «bolsa», el frente queda sujeto a acciones esporádicas. En mayo de 1943, se anuncia un relevo. Efectivamente, vienen voluntarios de refresco y relevan a los casados y menores de dieciocho años. Este relevo se habría de continuar hasta marzo de 1943. Pasa el verano en calma. En agosto de dicho 1943, la división cambia de frente. Se deja en el Wolchow 1.400 muertos. Con eje en Wiritza, la Unidad se incorpora al frente de Leningrado. Se dice que para la ofensiva que conquistaría la ciudad de Pedro el Grande. Pero ocurre el fracaso de Stalingrado y la ofensiva se suspende. Los españoles ocupan un sector defensivo entre Puschkin y Sslutz y Kolpino, terminando la entrada en línea el 7 de setiembre.
El nuevo frente es absolutamente diferente al anterior: más pequeño, rigurosamente atrincherado, con el enemigo muy cerca, potente, con buena artillería y unos tiradores, llamados «especialistas», dedicados a la caza del hombre. La primera acción seria de guerra es el día 12 de octubre: un ataque ruso a la compañía 10ª del 262, rechazado.
La nueva línea tiene 29 kilómetros de extensión, y discurre por la zona residencial de los Zares, palacios y jardines de Tzarkoie-Scheló, Gatschina y Peierhof, densamente poblada y rica, a 10 kilómetros de Leningrado. A últimos de diciembre, la 6ª del 262 da un golpe de mano para desbaratar unas fortificaciones.
En enero, comienza una enorme ofensiva rusa sobre el lago Ladoga, para aliviar el cerco de Leningrado. Para ayudar a los alemanes del sector de Mga, es enviado el 2º Batallón del 269, que desde el día 16 de enero está adscrito a los alemanes, y concretamente del 21 al 29, lucha en el frente de Posselok, hasta quedar veinte hombres.
El día 10 de febrero se produce el más intenso hecho de armas. Ataque ruso a las posiciones del Regimiento 262, ala derecha del frente español. Una enorme preparación artillera arrasa el sector español. El ataque desborda el frente» pero sólo profundiza cinco kilómetros, hasta Krassnij-Bor. Se sufren cerca de 4.000 bajas. Los días siguientes se dedican a contener el ataque y reforzar los flancos, especialmente el izquierdo, o del río Ishora, que cubre el resto de la División. Se consigue. Queda establecida una nueva línea, muy costosa. El día 19 de marzo hay otro ataque ruso, para reducir otro saliente español sobre la carretera, que fracasa. Han sido acciones muy fuertes, con mucho heroísmo.
Casi tres centenares de españoles caen prisioneros.
Se sucede un verano sin acciones grandes, pero con muchos golpes de mano. Es de señalar el hecho curioso de que los rusos, previniendo la festejación española del 18 de julio, bombardearon intensamente el Cuartel General divisionario, en ocasión de estar reunidos casi todos los generales y jefes del 18 Ejército. No fue un desastre por un verdadero milagro.
La última acción de guerra de la División fue el 5 de octubre de 1943, rechazando un ataque la 9ª Compañía del 269. Dos días después se anuncia el relevo. La División volvía a España. A fin de no dejar sin representación española en la lucha, y dado el tirón sentimental de los 4.000 muertos, en pugna con la diplomacia, se arbitra quede una Legión española, voluntarios todos, compuesta de dos Banderas de Infantería y una Bandera mixta, unos 1.800 hombres. Tras una breve estancia en los cuarteles de Jamburg, la Legión así formada es incorporada al frente de la división alemana 121, el día 20 de diciembre, ocupando una línea de 11 kilómetros, en la zona de Kostowo. Apenas hubo lugar a rechazar algunos golpes de mano. El frente alemán del Norte se derrumba, y el 19 de enero la Legión inicia una retirada de 7 días, hasta Ljuban. Desde allí a Luga y luego a Janeda, en Estonia, cerca de Narva. Cuando estaba reponiendo armamento, llega la orden de repatriación. El día 15 de marzo de 1944 se entregan las armas.
Y el 21 del mismo mes vuelven para España los últimos voluntarios. Todavía habrían de tardar once años en volver los que habían sido hechos prisioneros. Pero ésta es otra historia...

Y la anterior es la historia de la División 250, llamada «División Azul», contada en pocas líneas. La que sigue es la historia multiforme, en extensión y profundidad humana, de estos mismos hechos tan sumariamente narrados. Se ha procurado meter todo: la batalla grande y el golpe de mano, el bombardeo y el día de calma, los hospitales y la retaguardia, lo dramático y lo risueño. Y me remito al prólogo para la primera edición.