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El bolchevismo de Moisés a Lenin

 

Dietrich Eckart

 

El bolchevismo de Moisés a Lenin - Un diálogo entre Hitler y Yo - Dietrich Eckart

124 páginas
medidas: 14,5 x 21 cm.
Ediciones Sieghels
2014
, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
 Precio para Argentina: 180 pesos
 Precio internacional: 14 euros

 

 

 

 

 

 

 

Podríamos decir que Dietrich Eckart es el gran olvidado del Tercer Reich. Su influencia no ha sido destacada en ninguno de los cientos y cientos de libros que se han escrito sobre Hitler y el nacionalsocialismo. Sin embargo, Eckart fue uno de sus mejores asmigos y una de las personalidades más influyente del entorno de Hitler. De hecho, el propio Hitler le dedica su único libro, “Mi Lucha”, con un sentido homenaje en exactamente el final de la redacción, como para resaltar su importancia
De Eckart se dice que fue el anunciador, mentor, sostenedor de Hitler. Que Otto Dietrich, vocero de prensa del Reich, ha dicho “Eckart fue el hombre que, de acuerdo al propio Hitler, tuvo la mayor influencia en su carrera”, y que sus secretarias veían sus ojos brillar cuando se recordaba a Eckart. De hecho, Hitler no dejó de recordarlo y homenajerlo durante todo su mandato.
Entre otras cosas, Eckart fue uno de los fundadores del DAP, que luego se transformaría en NSDAP comandado por Hitler bajo el auspicio de Eckart. Fue también el editor original del periódico del partido, el Völkischer Beobachter, y  escribió la letra de la canción Sturmlied, que se transforma en el himno oficial de las SA y de la que se toma la frase Deutschland erwache, Alemania despierta, que se convirtió en el principal slogan del nacionalsocialismo. Por esos tiempos ya es conocido como “el poeta del partido”.
Eckart enseguida reconoce a Hitler como “el hombre del futuro de Alemania, de quien todo el mundo algún día hablará”. La química entre ambos es inmediata y surge una fuerte relación que muchos llamarán incluso de “maestro-alumno” ante la devoción que Hitler le prodiga y la guía que le da Eckart al introducirlo al mundo de la política, y presentarlo a importantes figuras como Ludendorff, Kapp, Röhm, Hess, Rosenberg, Ritter von Epp, o incluso la familia Wagner y Houston Stewart Chamberlain, que tanto marcarán la vida del futuro Führer.
“El bolchevismo desde Moisés a Lenin”, conocido, creemos que por razones de marketing, como “Un diálogo entre Hitler y yo”, manifiesta la particular relación entre el bolchevismo y el judaísmo que sostuviera Eckart y la continuidad entre ciertas tendencias espirituales desde el Antiguo Testamento hasta la actualidad.

 

ÍNDICE

 

Presentación 7
Nota del editor de la primera versión en español 17
Nota del traductor 19
Prólogo de la edición del Dr. William L. Pierce 23
I.- Una fuerza oculta 27
II.- En nombre de Jehová 35
III.- Hauser y Sombart 39
IV.- Schopenhauer y Lutero 53
V.- Sólo beneficio o pérdida 67
VI.- Ha habido antipapas 77
VII.- Hay infiltración 81
VIII.- Lutero lo vio muy tarde 89
IX.- Dos de sus libros sagrados 109
X.- ¿Quemar sinagogas? No. 113

PRESENTACIÓN

Podríamos decir que Dietrich Eckart es el gran olvidado del Tercer Reich. Su enorme influencia no ha sido destacada en ninguno de los cientos y cientos de libros que se han escrito sobre Hitler y el nacionalsocialismo. Sin embargo, Eckart fue uno de sus mejores amigos y una de las personalidades más influyente del entorno de Hitler. De hecho, el propio Hitler le dedica su único libro, “Mi Lucha”, con un sentido homenaje en exactamente el final de la redacción, como para resaltar su importancia. Mi Lucha termina con la frase:
Bien sé que llegará el tiempo en que hasta los que ayer estuvieron contra nosotros, recordarán reverentes a los que, como nacionalsocialistas, rindieron por el pueblo alemán el caro tributo de su sangre, y entre los cuales quiero citar también al hombre que, como uno de los mejores, consagró su vida en la poesía, en la idea y por último en la acción, al resurgimiento del pueblo suyo y nuestro:
DIETRICH ECKART
De Eckart se dice que fue el anunciador, mentor, sostenedor de Hitler. Que Otto Dietrich, vocero de prensa del Reich, ha dicho “Eckart fue el hombre que, de acuerdo al propio Hitler, tuvo la mayor influencia en su carrera”, y que sus secretarias veían sus ojos brillar cuando se recordaba a Eckart. De hecho, Hitler no dejó de recordarlo y homenajerlo durante todo su mandato. Para aquel a quien llamaba su “paternal amigo” erigió un monumento en la habitación que le gustaba ocupar y no permitió nunca que se cambiara nada. La “Casa parda” también tenía un museo a su memoria, un busto de Eckart fue puesto en la Cancillería del Reich junto a otro de Hindenburg y cuando en 1938 se hubo de reformar el antiguo Hotel Platterhof en que solían encontrarse en los Alpes Bávaros, Hitler hizo demoler toda la estructura excepto la habitación de su amigo, alrededor de la cual se hubo de construir la nueva sede. En 1933 se instituye el “Premio de Literatura Dietrich Eckart” para premiar obras destacadas en el Tercer Reich. En 1934 Hitler viaja a la ciudad natal de Eckart, Neumarkt, a inaugurar un monumento en su honor en la plaza de la ciudad. Para los juegos olímpicos, crea también en su honor el bellísimo Teatro del bosque, que aun hoy se  conserva y admira, en un bosque cercano al estadio olímpico, al que llamó “Dietrich Eckart Teatro” (hoy Berliner Waldbühne,  Teatro del bosque de Berlín) inspirado en el Teatro del Bosque de Grecia. En 1937 el Real Progymnasium se reforma y pasa a llamarse “Escuela Dietrich Eckart”. Hasta un regimiento de la SS-Totenkopfverbände  ha llevaba su nombre en su honor. Su obras de teatro son también constantemente presentadas a lo largo y ancho del Reich.
Antes de la toma del poder, su influencia en el nacionalsocialismo se cuenta efectivamente entre las más destacadas. En 1919 da forma, junto a Gottfried Feder y Anton Drexler, al Deutsche Arbeiterpartei, Partido alemán de los trabajadores, que se convirtió luego en el Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (NSDAP), bajo el mando de Hitler, mando que Eckart justamente se encarga que tome en 1921 mediando en la disputa con Drexler, anterior líder (1). Fue el editor original del periódico del partido, el Völkischer Beobachter, y también escribió la letra de la canción Sturmlied, que se transforma en el himno oficial de las SA y de la que se toma la frase Deutschland erwache, Alemania despierta, que se convirtió en el principal slogan (2)del nacionalsocialismo. Por esos tiempos ya es conocido como “el poeta del partido”.
Eckart es quien primero anuncia la necesidad de un Führer para conducir Alemania antes de conocer a Hitler, y, según su biógrafa (3), lo reconoce al entrar en contacto con él con las proféticas palabras “aquí está el hombre del futuro de Alemania, de quien todo el mundo algún día hablará”.
La química entre ambos es inmediata y surge una fuerte relación que muchos llamarán incluso de “maestro-alumno” ante la devoción que Hitler le prodiga y la guía que le da Eckart al  introducirlo al mundo de la política, y presentarlo a importantes figuras como Ludendorff, Kapp, Röhm, Hess, Rosenberg, Ritter von Epp, o incluso la familia Wagner y Houston Stewart Chamberlain, que tanto marcarán la vida del futuro Führer.
También Alfred Rosenberg le prodiga admiración y escribe un libro homenaje a Eckart tras su muerte (4). En él cuenta como llegó a Alemania escapando de la dictadura bolchevique en Rusia sin conocer a absolutamente nadie, se pone en contacto con Eckart, quien lo introduce en el mundo de la política y con quien comienza a editar en diciembre de 1918 el Semanario “Auf Gut Deutsch” (En buen alemán).
Eckart era ya un reconocido escritor y su traducción del noruego de “Peer Gynt” de Ibsen se transformó en todo un clásico, lo que le dió fama y dinero por regalías. El mismísimo Kaiser Guillermo II le pide que escriba una obra para honrar el casamiento de su hija con el duque de Braunschweig.
Su asociación a múltiples agrupaciones, sociedades y ordenes (5) lo convierte en un hombre con muchos contactos e influencia, además de ser colaborar de varias publicaciones que lo llevan a ser reconocido como un experto en judaísmo de la época, entre las que destacan sus colaboraciones con el periódico de Theodor Fritsch, Der Hammer.
Hitler seguramente lo habría leído y de hecho se nota una particular influencia en la forma de abordar el tema judío en épocas tempranas, criticando el comportamiento manifestado ya desde el Antiguo Testamento bajo los criminales mandatos de Jahvé. Una de las frases que Eckart más repite, característica de su peculiar enfoque, llega a formar parte incluso del Programa Nacionalsocialista, que  es “combatir el espíritu judaico dentro y fuera de nosotros”. Eckart no sostiene un irracional antisemitismo contra todos los judíos sino que deja en claro que a lo que se opone es al espíritu judío de vivir del trabajo de los demás, fundamentalmente mediante la usura y la especulación, ya prescriptos por Yahvé, para enseñorarse por sobre el trabajo de otros, y, sobre todo, al craso materialismo, fomento del sensualismo y la búsqueda de un horizonte puramente materialista, exento de todo sentido de trascendencia e inmortalidad junto a los valores del alma y el espíritu. Coincide en esto completamente con su camarada Gottfried Feder al apuntar a atacar al mammonismo antes que a los judíos y en observar dentro del espíritu de cada uno cuánto de esta tendencia se halla, pues sin ella el judaísmo nada podría. Feder claramente nos dice que “por mammonismo ha de entenderse, por una parte, el poder mundial del dinero, la potencia financiera supraestatal reinante por sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos, y, por otra parte, una disposición del espíritu que se ha adueñado de amplios círculos populares: el ansia de lucro insaciable, una concepción de la vida orientada exclusivamente a los valores materiales, que ya ha conducido y continuará conduciendo a una alarmante caída de todas las normas morales. El Mammonismo es, en su esencia mas profunda, la religión del tipo humano que esta orientado puramente a lo terrenal. Este veneno ha sido inventado demoníacamente, para enfermar a la humanidad, para enredarla en lo más hondo del materialismo, para robarle lo más preciado que tiene, el alma. Paralelamente con ello se ha desarrollado la terrible, inmisericorde, tiranía del poder del dinero, para quien los hombres no son sino esclavos del interés, solo existen para trabajar para la renta y para el interés”. (6)
La ferviente devoción que Eckart siente por Wagner y Schopenhauer generan otro fuerte punto de contacto con Hitler, quien también admira particularmente la obra de estos, que se pueden citar como gran influencia de ambos.
La deuda de Hitler hacia Eckart aumenta aun más cuando este último tiene un fundamental papel en la adquisición del periódico “Völkischer Beobachter” (“El Observador Popular”) anteriomente propiedad de la Sociedad Thule bajo el nombre de “Münchner Beobachter”, que se convierte en el periódico oficial del nacionalsocialismo y el principal medio de difusión del partido gracias al accionar de Eckart. Hitler demuestra su agradecimiento con la siguiente carta:
Querido Herr Eckart,
Luego de la exitosa transferencia del Völkischer Beobachter al partido, deseo, querido Eckart, expresar mi más cálido agradecimiento por la grandiosa ayuda que proveyó a último minuto.
Sin su asistencia, el asunto probablemente no hubiera llegado a buen fin, y creo que hubiéramos perdido la oportunidad de tener nuestro propio periódico por muchos meses.
Estoy tan devotamente compenetrado en cuerpo y alma con el movimiento que apenas se puede dar una idea de lo feliz que me siento al poder conseguir este tan anhelado objetivo, y no puedo dejar de expresarle mi muy sentido agradecimiento por esta buena fortuna.
En sincera admiración,
suyo,
A. Hitler (7)
Una vez adquirida esta piedra fundamental para el posterior desarrollo del nacionalsocialismo, es el mismo Eckart quien se hace cargo del puesto de Editor en jefe hasta que en lo reemplaza su antiguo colaborador Alfred Rosenberg en 1923.
Finalmente, es Eckart uno de los camaradas de Hitler en el famoso Putsch de Munich de 1923 y, si bien le sobrevive, fue llamado “el último mártir” del 9 de noviembre ya que al ser apresado, durante su estadía en prisión junto a Hitler, su estado de salud se vuelve crítico, hasta el punto que es dejado en libertad en consideración al mismo luego de un ataque al corazón el 20 de diciembre, pero su vida toca a su fin apenas 6 días después, ya que fallece durante su descanso en Berchtesgaden, el 26 de diciembre, a la edad de 55 años.
Es mucho lo que se podría escribir sobre Eckart, ya que su vida y su pensamiento es prácticamente desconocido en lengua castellana, pero lo dejaremos para un próximo libro. Sirva lo anterior para remarcar su importancia y la razón por la que publicamos la obra que tiene entre manos. Si no lo hicimos antes es porque todavía no logramos despejar todas nuestras dudas sobre su origen y las intenciones del editor original de la obra en alemán.
Hasta donde nosotros tenemos noticia, el libro “El bolchevismo desde Moisés a Lenin”, conocido como “Un diálogo entre Hitler y yo” por razones de marketing que nos son ajenas, apareció siempre como un libro que no se sabía que existía en el mundo de habla hispana hasta recién comenzado este nuevo milenio. Conseguir un ejemplar encuadernado ha sido una tarea imposible para todos los buscadores y coleccionistas que conocemos, y, lo que es más raro dado la importancia que marcamos de Eckart en la vida de Hitler, tampoco se encontraban referencias a él de parte de terceros hasta fechas recientes. De buena gana podemos atribuir esto simplemente a nuestra ignorancia, lo que no sería ilógico, pero lo que realmente resulta sospechoso es el formato de diálogo y sobre todo el ser Adolf Hitler, precisamente, uno de los interlocutores del diálogo.
Cualquiera que lee el libro puede pensar, si medita en ello, que el diálogo no podría ser la transcripción de uno real. En primer lugar, por más que el lenguaje sea informal, la temática es sumamente especializada, la cantidad de datos y documentación aportada para argumentar y la precisión de gestos y lenguaje corporal hace que se piense en que se trata del tan usado recurso de un diálogo imaginado que utilizan muchos escritores para explicar o argumentar algo. Al menos no conocemos diálogos reales con tal amplitud de datos y citas de terceros tan extensas y documentadas. Tampoco existe una introducción ni un final que explique el por qué de esta forma, lugar, fecha ni razón alguna. El libro no fue tampoco editado en vida de Eckart, sino que es una edición póstuma que supuestamente los editores consiguieron de un manuscrito después de la muerte del autor. Para completar el cúmulo de elementos sospechosos, el libro fue editado cuando Hitler se encontraba en prisión tras el Putsch de Munich, por lo que tampoco Hitler podía manifestarse al respecto de un libro que lo tiene como interlocutor.
Pensamos por mucho tiempo que podía tratarse de un libro falso, como los muchos que hay sobre Hitler para hacerle decir cosas que nunca dijo, pero con el tiempo hemos ido encontrando más pruebas de su existencia, por lo que nos hemos decidido ahora a editarlo.
Hace sólo un par de años hemos podido finalmente conseguir un escaneo fotográfico digital de la edición original de 1924, que es al menos una prueba de su existencia con el título de diálogo entre Eckart y Hitler, pero justamente lo que más nos asombró es que la palabra Hitler no aparece en ninguna parte del texto, a no ser por el subtítulo de tapa y portada, y en el final agregado por la editorial, donde confirma que se trata de un libro incompleto y, dado que el autor falleció y Hitler se encuentra en prisión, sólo cabe esperar que Hitler desee terminarlo al salir de su confinamiento. Durante todo el texto sólo se habla de él y yo (‘ich’ und ‘er’) y nunca de Hitler, por lo que en principio suponemos fue un agregado de la editorial. Los traductores españolas han libremente agregado el nombre de Hitler al texto para reemplazar el él y yo, en aras de claridad, suponemos.
La biógrafa alemana de Eckart, Margarete Runte-Plewnia (8), afirma la existencia del libro pero indica que seguramente se trate de un diálogo imaginario con Hitler inventado por Eckart.
 El otro libro sobre la vida de Eckart, aunque rico en datos y documentos, fue escrito por un norteamericano (9) que se dedica a dejar mal parado a Eckart en todo lo que hace o piensa, por lo que era de esperar de por cierto el libro para poder refutar a Hitler y Eckart de una vez.
Lo que nos convence finalmente de su existencia es la cita que hace Alfred Rosenberg en su libro homenaje “Dietrich Eckart, un legado” en 1928. En él se cita el libro en cuestión dentro de la bibliografía final bajo el título “Der bolschewismus von seinen Anfängen bis Lenin” (1923), o sea que el título reconocido por Rosenberg es “El bolchevismo desde sus orígenes hasta Lenin” sin ninguna referencia a que sea un diálogo con Hitler sino simplemente una obra póstuma.
Hemos encontrado una referencia (10) a una edición a cargo de la editorial oficial del partido nacionalsocialista, Franz Eher Verlag, en 1929 pero no pudimos constatarla con ninguna otra referencia a esta edición, salvo un catálogo de la Biblioteca Nacional de Alemania, que cataloga la edición de Hoheneichen y hace referencia a una edición de Franz Eher pero sin dar los datos de esta última. Muchas bibliotecas en Alemania lo tienen como perteneciente a Franz Eher en sus catálogos online, pero cuando uno ingresa a la ficha del libro sólo aparece la editorial Hoheneichen. Más fácil de encontrar dentro de los libros editados por la editorial del partido es el ya citado libro de Rosenberg y otro libro homenaje a Eckart escrito por su amigo Albert Reich en 1933 (11), incluso de un par de folletos de menos de 40 páginas sobre él, pero todavía no hemos podido dar a ciencia cierta con una edición a manos de Franz Eher, lo que probablemente despejaría nuestras dudas sobre la posición del partido sobre este escrito.
Ha sido dicho que la posición contra el judaísmo no quería ser tan fuertemente manifestada y por eso no se dió difusión al escrito, pero esto es sólo una suposición. Sí es una realidad, por más que los medios de propaganda digan lo contrario, que la misma ha sido atemperada tanto por Hitler como por el partido ya que ambos fueron haciendo cada vez menos referencia al problema judío desde el ascenso del poder hasta el desencadenamiento de la guerra, donde nuevamente se lo vio como culpable del enfrentamiento entre naciones a las que Hitler quería tener como amigas y se lo comenzó a tratar de nuevo. Pero desde el ascenso al poder se nota que el tema ya no es central para el nazismo durante el periodo 1933-1939, o incluso antes, en comparación con otras temáticas como los temas sociales o de cosmovisión. Cuando se desencadena la guerra Hitler vuelve a hacer constantes referencias a su búsqueda de paz en contraposición a la búsqueda de la guerra por parte del judaísmo internacional y sus medios de prensa y presión política. Esto más allá de las manifestaciones particulares o no oficiales sobre el judaísmo, que fueron siempre una constante en la historia y particularmente en Alemania, por lo que no se pueden adscribir al nacionalsocialismo.
En todo caso, el libro es un muy buen reflejo del pensamiento de Eckart sobre el judaísmo, y seguramente habrá sido una gran influencia sobre Hitler, pero no se puede, si se quiere mantener la honestidad intelectual, utilizar sus citas para probar o simplemente opinar sobre el pensamiento de Hitler.
El contenido del libro puede juzgarlo el lector como mejor le parezca, nosotros no creemos que se deba ser policía del pensamiento de la gente ni creemos que se deba tratar al lector de tonto para indicarle qué se debe pensar o no, por lo que nos abstenemos de hacer advertencias o marcar equívocos o exageraciones en un tema tan problemático. Sólo intentamos aclarar en algo el origen del libro y la participación de Hitler en él para que los lectores puedan tener referencias.

Ediciones Sieghels

NOTAS:

1.- El reporte de la policía de Munich afirma que “La disputa fue finalmente suavizada por mediación de Dietrich Eckart”. Fest, Joachim, “Hitler”. New York, 1973.
2.- El Generaloberst Hans von Seeckt, reconocido como el padre del nuevo ejército alemán de 1000 hombres que impuso el Tratado de Versalles tras la I Guerra Mundial, y su Jefe de Estado Mayor, se suma al reconocimiento en sus Memorias al escribir: “Las palabras de Eckart se transformaron en un slogan para nosotros”
3.- Plewnia, Margerete. “Auf dem Weg zu Hitler, Der Völkische Publizist Dietrich Eckart”. Bremen: Schünemann-Universitäatsverlag, 1970.
4.- Rosenberg, Alfred: “Dietrich Eckart - Ein Vermächtnis”. Munich, 1928.
5.- Cabe contarse la Asociación Fitche, Unión Hammer, Liga de Defensa y ataque, Sociedad Guido von List, Sociedad Teosófica, Logia Thule, Sociedad Richard Wagner, etc.
6.- Feder, Gottfried: “Manifiesto contra la usura”, Buenos Aires: Ed Sieghels; 2014
7.- Franz-Willing. Die Hitlerbewegung, Vol. I. Hamburg, 1962.
8.- Plewnia, Margerete. op. cit.
9.- Tyson, Joseph Howard: “Hitler’s Mentor: Dietrich Eckart, His Life, Times, & Milieu”; Bloomington: IUniverse; 2008
10.- Gillespie, William A.: “Dietrich Eckart: An introduction for the english-speaking student”; Texas: 1976
11.- Reich, Albert: “Dietrich Eckart, ein deutscher Dichter und der Vorkämpfer der völkischen Bewegung. Die Neuaufnahmen von Lisbeth Reich”.. Franz Eher Verlag, Munich, 1933

Nota del editor de la primera versión en español

Una vez iniciada la traducción al español de la versión en inglés del Dr. William L. Pierce, un camarada al que llamaré en adelante Dietz comenzó la traducción directamente del alemán. Por motivos personales tuvo que abandonarla sin incorporar las notas y sin tiempo para revisar el texto. El autor de esta edición ha realizado una revisión personal de la magnífica traducción de Dietz, cotejando algunos aspectos con la del Dr. Pierce, en espera de que él mismo pueda terminar su excelente y concienzuda versión. No se puede esperar más sin una versión en español de esta obra fundamental para conocer la opinión de Adolf Hitler y de Dietrich Eckart sobre cuestiones trascendentales para el siglo XX y el XXI. Nadie conocía mejor la opinión de Hitler que su maestro Eckart.
Como muestra de la importancia de Eckart para Hitler, citamos el final de su libro Mi lucha: “Bien sé que llegará el tiempo en que hasta los que ayer estuvieron contra nosotros, recordarán reverentes a los que, como nacionalsocialistas, rindieron por el pueblo alemán el caro tributo de su sangre, y entre los cuales quiero citar también al hombre que, como uno de los mejores, consagró su vida en la poesía, en la idea y por último en la acción, al resurgimiento del pueblo suyo y nuestro: Dietrich Eckart.”
El lector puede tener la total garantía de que esta traducción directa del alemán y completa no elimina nada del original, aunque algunas cuestiones nos parecieran dignas de aclaraciones y notas críticas nos hemos inhibido para realizar más adelante una edición crítica del texto.
A diferencia de la acertada versión del Dr. Pierce hemos preferido no decidir que interesaba o no al lector moderno.

Nota del traductor

La presente es una traducción íntegra de la obra de Dietrich Eckart - durante tanto tiempo inencontrable tras la Segunda Guerra Mundial - El bolchevismo de Moisés a Lenin, a partir de la versión alemana capturada en Internet de la página http://abbc.com/berlin, a su vez transcripción de la edición del año 1924 de la EDITORIAL HOHENEICHEN en Múnich.
Tenida en cuenta la idiosincrasia de la obra, en principio su traducción se enfrentaba ciertamente a numerosos problemas anticipados de criterio. Esos problemas derivaban de 1) el apabullante coloquialismo del original, de sostenida tonalidad jovial y desenfadada, cuando no crasamente irreverente; 2) el carácter inacabado de la obra, que dejó el texto pendiente de una última revisión, y redunda en un discurso de sesgo a veces entrecortado, cuando no telegráfico, en todo caso en numerosas ocasiones demasiado elíptico, plagado de transiciones abruptas, y cuya transcripción literal en español hubiera agravado esa cualidad en sí misma ya lo suficientemente amazacotada del alemán, desembocado por ende en una textura demasiado mecánica, provocadora de una cierta saturación de tosquedad, que hubiera dificultado, en fin, la comprensión del sentido; 3) cierto reiteradamente ocasional y excesivo tributo del discurso - lógico dadas las dramáticas circunstancias que lo circunscribían en ese entonces -, a las cir20
cunstancias históricas del momento.
Ante un panorama semejante, se comprende un criterio editorial como el seguido por el Dr. William L. Pierce en su traducción al inglés (disponible en la página web de National Alliance) de la presente obra, criterio de sesgo ultrapragmático que, cortando por lo sano, opta sin más por una edición parcial que suprime sin complicarse mucho la vida los pasajes más directamente vinculados a la época, demasiado coloquiales o lastrados por un sentido problemático, en aras de una fluidez incrementada, mayor unidad doctrinal y una muy buscada, sabiamente premeditada, operatividad propagandística. En esa forma, la traducción inglesa ahí disponible abarca aproximadamente la mitad del texto original, y su cuerpo de texto resultante es tributario de las ganancias y de las servidumbres que le ha dejado en impronta una inteligencia transcriptora a la que no le ha temblado la mano no sólo a la hora de suprimir, sino aún de retocar y homogeneizar en ciertos momentos el discurso alemán.
En la presente edición a cargo de la EDITORIAL SAMIZDAT, se ha optado empero por la traducción íntegra al español del texto, en el convencimiento de que a despecho de todo merecía la pena conservar en su integridad todos y cada uno de los peculiares rasgos del original. De esta forma, de la mano de la siguiente obra, el lector va a descubrir una sorprendente y fresca imagen, sumamente viva y animada, del Hitler juvenil, un Hitler rayano en la treintena cuyo discurso, de lo más colorista y ocurrente, pletórico de ideas, alusiones y retruécanos, contrasta con el habitual aura solemne, apremiante que el sino nos habría de legar del posterior Führer.
La traducción ha procurado registrar fielmente el coloquialismo que cruza toda la obra, y sólo en el alivio del mentado carácter entrecortado de su estilo se ha permitido a veces dotar a la expresión española de un mínimo aumentado de fluidez, subordinado siempre en todo caso a la insoslayable necesidad de una mejor explicitación del sentido. En contadas ocasiones, ante la presencia de algún pintoresco giro en argot bávaro o en el caso de algún extraño retruécano se mire por donde se mire difícilmente traducible, se ha optado por la adopción de cualquier fórmula consolidada en lengua española de entre las indicativas de un acento chocarrero o grotesco, que se haga cargo de la connotación del texto alemán pero no necesariamente haya de coincidir literalmente con los intrincados o esotéricos términos alemanes de que se trate. En cualquier caso, la traducción permanece abierta, y aquellos lectores cualificados que lo deseen, a la vista del original alemán, pueden aportar sus sugerencias, puntos de controversia o propuestas de mejora de cualesquiera pasajes o aspectos, dirigiéndose a la dirección de correo de nuestra página web.
La traducción de las numerosas referencias bíblicas del texto se ha tomado, salvo en el caso de ciertas referencias muy aisladas o términos sueltos, de la Biblia de Jerusalén de la Editorial Descleé Brower de Bilbao, de 1977.
Para clarificar la sucesión de las dos voces durante el diálogo, y que quede siempre a la vista al lector que es lo propiamente dicho por Hitler y que cosas lo son por Eckart, allí donde la versión original alemana suele contraponer en interminable sucesión los dije yo y dijo él, la versión española ha preferido decantarse por la invariable forma contrapuntística dije yo / dijo Hitler, cambiando en todos los casos el pronombre por el nombre explícito a efectos de dejar patente en todo instante la titularidad del discurso en cada momento.
Las notas que aparecen numeradas figuran ya como tales en la edición original en alemán. Allí donde el traductor ha tenido a bien agregar alguna nota de su cosecha personal, bien relativa a los problemas específicamente lingüísticos que fueren, bien a cualesquiera informaciones históricas complementarias de la índole que sea, la nota aparece encabezada por asterisco. Asimismo se ha incluido ocasionalmente alguna de las notas introducidas por el propio Dr. Pierce en su mentada edición inglesa.
Al cabo, hay que añadir que como introducción a la presente edición se ha optado también por traducir del inglés y reproducir tal cual el prólogo elaborado por él en su mentada edición, en National Books, de la presente obra.

Prólogo de la edición del Dr. William L. Pierce

El siguiente material ha sido traducido a partir de un panfleto hallado en el archivo general del N.S.D.A.P. Su título alemán es el de Der Bolchevismus von Moses bis Lenin: Zwiegespräch zwischen Adolf Hitler und mir (El bolchevismo de Moisés a Lenin: diálogos con Adolf Hitler), y fue publicado originalmente en Múnich en marzo de 1924 basándose en unos bocetos inacabados en las que había estado trabajando Dietrich Eckart durante el otoño de 1923.
Dietrich Eckart nació el 23 de marzo de 1868 en la localidad bávara de Neumarkt, que se halla a unos treinta kilómetros al sudoeste de Núremberg, y murió el 26 de diciembre de 1923 en Berchtesgaden. Fue poeta, libretista, periodista, académico y filósofo, así como ardoroso combatiente en pro de la causa nacionalsocialista. Entre sus obras más conocidas se encuentran la obra teatral Lorenzaccio y su traducción y adaptación para la escena alemana del Peer Gynt de Ibsen. Editor durante una temporada del periódico Völkischer Beobachter, fue él quien escribió la letra de la canción nacionalsocialista que contiene la conocida expresión “Alemania, despierta”, que habría de convertirse más tarde en una característica consigna nacionalsocialista.
Al lector interesado en ahondar en los pormenores de la vida de Eckart, así como en acceder a un dilatado muestrario de sus poemas, puede remitírsele al libro de Alfred Rosenberg “Dietrich Eckart: un legado” (Múnich, 1928 y ed. ss.)
Der Bolchevismus... resulta interesante en el presente para los americanos por tres razones.
La primera, a causa de que es la última obra terrenal del hombre que, en tanto compañero inseparable de Adolf Hitler durante sus primerizos y cruciales años en Múnich, contribuyó a gestar los fundamentos espirituales del nacionalsocialismo. Eckart estaba enfermo de gravedad mientras escribía el panfleto, y el arresto y prisión provisional que le sobrevinieron como consecuencia del Putsch de Múnich del 9 de noviembre de 1923 precipitaron su muerte.
La segunda, a causa de que en su condición representativa de cierto tipo de propaganda, resulta instructivo. Además de idealista y poeta, Eckart era un propagandista aplicado, y a tal efecto Der Bolchevismus... es un ejemplo excelente de su estilo. Apuntando a un lector con un nivel de educación medio equivalente al del bachillerato, se halla concebido con habilidad para, al mismo tiempo que lleva a cabo en un grado creciente en extensión e intensidad una investigación histórica de la cuestión judía, burlar todo atisbo de tedio y mantener sostenidamente el interés de una audiencia promedio no demasiado sofisticada. Ello lo logra relegando la mayor parte de las evidencias documentales a la forma de notas a pie de página, y entreverando con criterio desenfadado las referencias históricas de fuste con episodios morbosos o llamativos.
La tercera, sigue siendo de acusado interés aún hoy en día considerado en sí mismo. Aunque por desventura los últimos cuarenta años nos han provisto de una experiencia mucho más considerable en lo relativo a las actividades judeo-bolcheviques, Eckart lo hizo bastante bien para los materiales que tenía a mano en 1923. Resulta de particular interés la forma en que arroja luz sobre las actividades judías más recientes basándose en el empleo del Antiguo Testamento en cuanto a la historia del pueblo judío.
Los bocetos de Eckart para Der Bolchevismus... se hallaban aún en un estado más bien rudimentario e inacabado cuando se produjo su muerte, lo que no dejará de traslucirse en no pocos pasajes del texto que sigue. El editor ha resumido sensiblemente el material original durante su traducción, omitiendo varias de las partes más afectadas por esa índole deslavazada y deshilachada, y cosas tales como partículas y giros intraducibles, así como unas cuantas secciones que no conservan ya sino un interés mas que limitado para los lectores de hoy en día, En determinados puntas el editor ha añadido ciertas notas a pie de pagina adicionales, señalando su carácter de tales.