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Narcotrafico, S.A.

La Nueva Guerra del Opio

Executive Intelligence Review
(Lyndon LaRouche)

Cabalgar el Tigre - Julius Evola

480 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2023
, Argentina
tapa: blanda
 Precio para Argentina: 11.600 pesos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Dope Inc.”, publicado por primera vez en 1978 y ampliado en sucesivas y exitosas ediciones, sigue siendo el libro de referencia para desentrañar los oscuros hilos que mueven el negocio del narcotráfico y sus relaciones con la política. El exponer a los poderosos que se encuentran detrás de este negocio tuvo un efecto explosivo y fue uno de los factores que condujo al encarcelamiento de LaRouche de 1989 a 1994, resultado de un amañado juicio relámpago en un tribunal federal. Las amenazas, ataques o intentos de asesinato que desde entonces han sufrido LaRouche y su esposa, Helga Zepp-LaRouche, tienen siempre el sello de Narcotráfico. SA. Los implicados en esas actividades criminales están todos, de un modo u otro, al servicio de la mafia que le ha arruinado —o incluso arrancado— la vida a millones de niños y jóvenes en docenas de países por medio de los estupefacientes.
Narcotráfico SA fue el primer libro en revelar que el cartel de las drogas se convertía en el negocio más grande del mundo; el primero que habló de las causa de la guerra que Narcotráfico SA ha emprendido contra todas las naciones del mundo, y el primero en revelar los nombres de los personajes “intocables” que lo protegen, entre ellos los monarcas europeos a los que la propaganda de Hollywood pinta ante el mundo como verdaderas deidades...
Su eficacia se prueba sobre todo por el hecho que los capos del cartel de las drogas en los Estados Unidos, con Henry A. Kissinger y la Liga Antidifamación de la B’nai B’rith (ADL) a la cabeza, por años trataron de silenciar a los autores del libro, empezando por LaRouche, encarcelado por falsas acusaciones de “conspiración”.
En la primera edición de Dope, Inc., Lyndon LaRouche advirtió que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial estaban decididos a imponerle narcoeconomías a muchas naciones en vías de desarrollo, como parte de una política conciente de genocidio de dimensiones mayores que la de Adolfo Hitler. LaRouche dijo que la mancuerna FMI-Banco Mundial es sinónimo de Narcotráfico, S.A. Estas palabras se han confirmado con creces...
El libro analiza y explica las Guerras del Opio de 1840-1860 como el modelo con el que Gran Bretaña logra controlar otras naciones. Muestra como mediante las drogas logra romper la voluntad de lucha y colonizar toda una región, como cuando logró voltear a China al obligarla a importar miles de toneladas de opio, para paralizar y empobrecerla. Desenmascara el papel que jugó la Compañía de las Indias Orientales; el papel británico en el tráfico de drogas, el del Hongkong-Shanghai Bank (HSBC), los Bronfman, la Prohibición y el Crimen Organizado en EE.UU; los derivados financieros; Wall St. y el blanqueo de dinero; Soros y los vínculos del FMI con las drogas.
Para LaRouche las Guerras del Opio nunca terminaron. Estados Unidos, como China, era demasiado grande para que los señores del dinero londinenses lo ocuparan por la fuerza. Una de las formas en que Estados Unidos está siendo dominado es por el tráfico de drogas. Hoy en día, el tráfico de drogas controlado por los británicos financia a las principales entidades terroristas del mundo, chupa la sangre de la economía real; y la droga destruye la capacidad de razonar de la humanidad.
Para la edición en español se incluyen capítulos enteramente nuevos que los investigadores de Executive Intelligence Review han recopilado en la investigación de la problemática en Iberoamérica. Con la ayuda de la información que le han proporcionan las fuerzas del orden y otros organismos de los gobiernos afectados de muchas partes del mundo, los especialistas de Executive Intelligence Review se han convertido en los principales expertos en la investigación del tráfico internacional de drogas y sus conexiones con las finanzas y el terrorismo. La presente edición contiene también un largo anexo sobre el papel de la ADL en el inicio del negocio del narcotráfico que no había sido traducido anteriormente.
El narcotráfico internacional se ha convertido en un gobierno maligno y poderoso por derecho propio. Representa hoy un poder financiero, político y militar mayor que el de naciones enteras dentro de las Américas. Es un gobierno que está haciendo la guerra a las naciones civilizadas, un gobierno al que debemos declarar la guerra.
Narcotráfico S.A. identifica a los personajes clave en la cúpula del comercio de la droga, analizando sus orígenes, estudiando los caminos que usan para lavar las ganancias y rastreando a los dueños de las sociedades que controlan el negocio.

 

ÍNDICE

Dedicatoria11
Prefacio a la edición española 13
La destrucción del optimismo cultural15
Delitos contra la humanidad16
El desenmascaramiento de Narcotráfico. SA17
Reconocimientos19
Introducción21
Narcotráfico, SA, de 1978 a 198423
Los mandos de Narcotráfico, SA29
El papel de Henry Kissinger34
PARTE I. Gran Bretaña y la Primera Guerra del Opio
Introducción38
I.- La guerra de la Compañía de las Indias Orientales contra China41
“Los chinos han caído en la trampa”45
La diplomacia británica del opio49
La cabeza de playa en los Estados Unidos50
La inmigración china55
En defensa del mercado56
II.- El “noble experimento” de Gran Bretaña60
Los preparativos de la narcoinvasión65
PARTE II. Cómo funciona el imperio de las drogas
Introducción68
I.- ¿A dónde van 200.000 millones de dólares?72
Un monopolio centralizado74
¿Qué tan grande es la industria?77
¿A dónde va el dinero?78
El encubrimiento bancario 79
El lejano oriente, punto de confluencia86
El ciclo de lavado86
II.- Cómo esconder 100.000 millones de dólares.88
El extraño caso de Midwest Air93
El engranaje bancario97
Cómo mienten las computadoras99
Del campo al banco100
III.- Del opio al dinero sucio103
IV.- Cómo se costea el narcotráfico107
El Hongshang107
El trato entre el Hongshang y los chinos110
V.- Operaciones sucias con oro y diamantes115
Cómo viaja el oro ilegal116
Una subestimación119
VI.- Hong kong: capital mundial de las drogas127
El mercado negro129
El porcentaje más grande de sobornos130
VII.- La conexión pequinesa133
Los viejos lazos se fortalecen135
Los comunistas millonarios137
El opio, arma de Pequín144
Qué protege a Hong Kong147
El enlace ch'ao chou148
La fragua del vínculo Hong Kong-Pequín152
La tajada de 2.500 millones154
XVIII.- El Real Instituto de Asuntos Internacionales administra el narcotráfico156
Objetivo: reconstruir el Imperio158
1949: Trato entre Londres y Pequín160
Juego de exclusión163
La creación del narco-enchufe de Hong Kong166
La aparición de la “carta china”169
IX.- Canadá: el Hong Kong de Norteamérica171
Tres buenos ejemplos172
Entra droga, y sale dinero sucio176
El triángulo plateado de Canadá178
La conexión canadiense-pequinesa179
Quién manda en Canadá181
X.- Todo en familia: el verdadero sindicato183
La religión familiar185
Las guerras del opio de la familia188
Elgin regresó a Inglaterra en 1859.189
Los sectarios imperiales y el opio190
La actual dinastía del opio194
XI.- El imperio soviético del dinero sucio201
La conexión Intrabank206
Los soviéticos y la economía clandestina212
El gran fondo ruso216
El enchufe soviético en el comercio de oro y diamantes218
El extraño caso de Marc Rich: de nuevo Kissinger223
PARTE III. La trampa de la deuda y la narcoeconomía en Iberoamérica
Introducción230
I.- Jamaica: el fmi crea la “libre empresa” perfecta235
II.- Colombia no se vende241
III.- La conexión del efectivo245
La conexión libanesa251
IV.- Cómo gobiernan los fondi el narcotráfico en Iberoamérica253
V.- La familia Cisneros: los Bronfman de Venezuela261
El imperio de la familia264
La World Finance Corporation y el enlace cubano267
Pedro Tinoco, hijo: socio de Cisneros271
VI.- Vesco y la conexión cubana273
PARTE IV. El hampa y la mafia nazi-comunista
Introducción278
De los archivos279
El caso de François Genoud282
I.- Stipam International, la verdadera conexión búlgara288
Historia del caso289
Henri Arsan292
Mehmet Ali Agca294
Petróleo por armas297
La Media Luna Dorada300
II.- El narcoterrorismo: guerra nazicomunista contra iberoamérica302
Sendero luminoso: el narcoterrorismo en acción305
Soustelle y la alianza nazicomunista306
La conexión narcofascista310
La horrible y verdadera historia de los gnósticos313
La Iglesia Gnóstica Cristiana Universal316
El PAN y el narcotráfico320
Narcofinanzas del PAN326
III.- La Guerra del Opio en los Estados Unidos330
El Ejecutivo de Operaciones Especiales332
Los testaferros335
La pandilla Bronfman338
El hampa sienta sus reales343
El enlace Rothstein-Hong Kong347
Aunque la mona se vista de seda...351
¿En verdad tienen las manos limpias?355
Los Kennedy: el hampa en el gobierno360
El ascenso al poder361
Por qué los británicos mataron a Kennedy367
Traición369
Louis Mortimer Bloomfield374
La mesa directiva de Permindex378
El financiamiento de un asesinato379
El doctor Tibor Rosenbaum, el BCI y Permindex381
El coronel Clay Shaw388
Historia de un asesinato392
Los solidaristas395
¿Qué son los solidaristas?395
El Consejo Norteamericano de Iglesias Cristianas398
La Lionel Corporation401
El encubrimiento402
Permindex al descubierto: Resorts International e Intertel409
Permindex se traslada a Bay Street416
Max Fisher: distribuidor y minorista420
Sonneborn y el sindicato423
La “salida en limpio"426
United Brands: historial del hampa427
El genocidio de United Brands431
PARTE V. Los orígenes británicos de la contracultura
I.- La conspiración de acuario434
El modelo435
Los sumos sacerdotes436
El LSD: “visitación de los dioses"439
El nacimiento del movimiento jipi442
‘El batir de tambores’444
La guerra de Vietnam y la trampa del pacifismo445
Imágenes cambiantes 449
La conexión LSD451
Epílogo455
Apéndice A.- La Liga Antidifamación: La empresa de relaciones públicas de Narcotráfico S.A.459
La Liga Antidifamación de Dope, Inc.461
El juego antinazi462
Irwin Suall464
Operación Underworld465
De la Operación Underworld a Appalachin467
Apéndice B.- Una Propuesta de Operación Estratégica Multi-Nacional Contra el Narcotráfico para el Hemisferio Occidental470

Prefacio a la edición española

 

Iberoamérica está en guerra. Las bajas suman millones. Unos caen víctimas de las guerrillas narcoterroristas que operan en el altiplano del Perú. Otros sufren daño cerebral irreversible por el bazuco, la droga barata de los pueblos esclavos, mucho más mortífera que los productos refinados que 80 expenden en las calles de Nueva York.
Las víctimas son los niños famélicos que habitan en el noreste de Brasil, en Chiapas, México, y en los tugurios de todas las capitales de las naciones iberoamericanas.
En los últimos diez años se ha derrumbado la producción de alimentos en Iberoamérica. En tanto, las mafias de la droga se han apoderado de las tierras fértiles y han esclavizado literalmente a los campesinos para cultivar coca, amapola y marihuana. Bolivia produce 200.000 toneladas métricas de coca al año, con un valor de 2.000 millones de dólares, cifra mucho mayor que la de su producto nacional bruto. Casi toda la cocaína —61 toneladas— que se consumió en los Estados Unidos en 1983 provino de Iberoamérica. El región exportó a los Estados Unidos casi 13.000 toneladas de marihuana, así como 33 por ciento de la heroína que so consumió en ese país.
El consumo de drogas de todo género en Iberoamérica aumentó radicalmente en los últimos cinco años, y el número de seres arruinados por la drogadicción equivale ya. en porcentaje, al del sector avanzado.
Los proveedores han creado mercados internos, y la nueva Guerra del Opio que enfrentan las naciones de Iberoamérica sólo difiere de las del siglo pasado en que ahora una misma nación padece a un tiempo el odioso destino de China y el de su proveedor de opio, India, en un proceso de recolonización que hace palidecer la primera Guerra del Opio del imperio británico.
Los herederos de la vieja Compañía de las Indias Orientales británica —la mismísima monarquía británica y algunas de las mismas casas bancarias— iniciaron la nueva Guerra del Opio exactamente con el mismo objetivo que el de la primera: saquear a las naciones, destruirlas y, sobre todo, mantener el poder del imperio.
Los perpetradores dirigen el cartel de mayor éxito en el mundo. Narcotráfico, SA. Tal vez algunos nombres o domicilios ya no sean los mismos. Pero, como veremos, se trata de la misma facción oligarca, cuyo perverso método ha pasado de padres a hijos; y en muchos casos los apellidos y las fortunas familiares, los fondi de la nobleza, son exactamente los mismos.
El Fondo Monetario Internacional ocupa hoy día el lugar de la Compañía de las Indias Orientales británica, y el imperio soviético, que heredó el designio de la rancia oligarquía rusa de erigirse en la "Tercera y Ultima Roma”, ha negociado su tajada en el imperio internacional de Narcotráfico, SA.
Cuando publicamos Narcotráfico, SA, en inglés, en 1978, nuestra atención se concentró en la Guerra del Opio británica contra los Estados Unidos y en los enormes proveedores del Triángulo Dorado y su aparato de lavado de dinero sucio en Hong Kong. En el lapso transcurrido, la importancia del hemisferio occidental para la directiva de Narcotráfico, SA, creció enormemente con el auge de la producción de drogas en Iberoamérica y el florecimiento de la banca extraterritorial en el Caribe.
1978 fue, de hecho, un parteaguas en la gran operación para hacer de Iberoamérica una vasta colonia productora de drogas. En ese entonces, Jimmy Carter, el presidente estadounidense nombrado por la Comisión Trilateral, sentó las bases para que la banca estadounidense se pusiera a la par con los narco bancos más grandes del orbe o fuese absorbida por ellos.
En octubre de 1979, Paul Adolph Volcker, jefe de la Reserva Federal designado por Carter e íntimo amigo de David Rockefeller, cencerro de la Comisión Trilateral, inició su infame legalización de la usura imponiendo tipos de interés de hasta 20 por ciento. Todo el sector en desarrollo, y en particular Iberoamérica, quedó a merced de las maniobras de los narcobanqueros. Al tiempo que las deudas nacionales se duplicaban o triplicaban, el Fondo Monetario Internacional aceleró el proceso de recolonización.
Las naciones que esperaban entrar al siglo 21 como naciones desarrolladas se vieron obligadas a renunciar a esa esperanza. Los grandes programas industriales que fueron la esperanza de los setentas —energía nuclear, riego, puertos y otras obras de infraestructura esencial para erigir economías sanas— se desmantelaron por órdenes del FMI.
Los adalides de la ‘libre empresa”, los seguidores de Von Hayek y Milton Friedman, que han pergeñado su justificación del genocidio tal como el pastor Malthus justificara las barbaries de la Compañía de las Indias Orientales británica, vitorearon la ni tan “libre” dictadura del FMI sobre todo el hemisferio sur.
El mismo dictador de la “libre empresa", el FMI. promovió con más fuerzas la legalización de la “economía informal” de las naciones iberoamericanas, la libertad de los narcodólares para infiltrar las bancas nacionales y los planes agrícolas basados en “cultivos de exportación”, cuya verdadera finalidad es fomentar el cultivo de estupefacientes.
La destrucción del optimismo cultural
El optimismo cultural que acompañó el desarrollo más o menos venturoso de Iberoamérica en los setentas, templó la fibra moral de las naciones cuya herencia religiosa y cultural refleja la creencia, profundamente arraigada, en el progreso. En 1968, el Papa Pablo VI expresó la esencia de las aspiraciones de la región en su encíclica Populorum progressio: “El desarrollo es el nuevo nombre de la paz”.
De manera muy real, el estado de guerra en que vive prácticamente la región, alimentado por el derrumbe de la economía, subraya lu veracidad de las palabras de Su Santidad.
Con la crisis de la deuda de los ochentas, vino la desesperanza del desempleo en masa, la desnutrición crónica y la marginación: los ingredientes de un ambiente de pesimismo cultural propicio a la drogadicción, el terrorismo y el caos de la desintegración social.
Por más que sociólogos y antropólogos cataloguen el terrorismo y la desmoralización de nuestros días como “fenómenos sociales", es evidente que se trata más bien de consecuencias directas del obrar de las familias oligárquicas internacionales, obrar tan premeditado como predecibles son esas consecuencias. Basta echarle un vistazo a la serio de ensayos políticos publicados en 1979 por el Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, el infame Programa de los ochentas, en el que aboga sin tapujos por la “desintegración controlada", para entender ese juego de ajedrez mundial en el que los estados nacionales son meros peones sacrificables.
Las operaciones de saqueo de los ochentas se planearon de modo que fuesen tan devastadoras como los métodos británicos del siglo 18. Con fugas de capitales, bajas forzadas de los precios de las materias primas del Tercer Mundo y brutales devaluaciones, se obligó a una nación tras otra a desistir de sus planes de desarrollo y someterse a la recolonización virtual.
Ninguna fuerza se ha beneficiado más de las medidas de Paul Volcker y el FMI que los soviéticos. El imperio soviético, cuya meta manifiesta es aplastar a la civilización occidental, no sólo tiene, como lo demostraremos, un vivo interés en el canje de armas por drogas en Iberoamérica, sino que está en alianza con la racista oligarquía occidental para eliminar a los poblaciones del hemisferio sur mediante “guerras, peste e inanición”.
El genocidio al que los soviéticos someten a la población afgana, así como el gigantesco aumento en la producción de drogas en Afganistán y en toda la Media Luna Dorada a partir de 1980, no es sino minúscula parte de los síntomas de los propósitos comunes, aunque conflictivos, de la “conexión rusa” y las familias oligarcas occidentales.
Delitos contra la humanidad
En 1984, Iberoamérica dio pasos enormes en su lucha contra Narcotráfico, SA. En marzo y noviembre de ese año, se dieron en Colombia y México respectivamente los mayores golpes de la historia al narcotráfico: el desmantelamiento del vasto complejo de “ciudades de la cocaína,” ocultas en las selvas de Caquetá, Colombia; y la espectacular incursión de agentes judiciales, apoyados por el ejército, en las gigantescas instalaciones de empacado de marihuana montadas en Chihuahua, en el norte de México.
En el primer caso, el golpe a la mafia no sólo permitió arrojar casi 10 toneladas de cocaína refinada el río Yari, sino que inició el proceso que acabará con del dominio que la narcomafia ha ejercido en Colombia por casi una década; en México, el ejército quemó marihuana valorada en unos 10.000 millones de dólares, y junto con ella, el capital inicial con el que contaban los poderosos intereses antigubernamentales de la región para comprar las elecciones de 1985.
Estas victorias sin precedentes de la guerra general contra las drogas son equiparables a los avances, igualmente impresionantes, en la búsqueda de la unidad de Iberoamérica para combatir al enemigo común:
Los presidentes de siete importantes naciones iberoamericanas se reunieron el 11 de agosto en Quito, Ecuador, para convocara la creación de una “multinacional contra las drogas” y declarar el narcotráfico “un delito contra la humanidad, con todas las consecuencias jurídicas aplicables".
El Grupo Especial sobre Estupefacientes de la OEA se reunió el 20 de agosto para convocar a una conferencia interamericana que llevar adelante las resoluciones de Quito.
El 24 de septiembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas escuchó al presidente venezolano Jaime Lusinchi. al ministro del Exterior colombiano Augusto Ramírez Ocampo, y a otras personalidades iberoamericanas exigir atención mundial a la “plaga universal" del comercio de la droga.
El 6 de noviembre, los ministros de Justicia de toda Iberoamérica se reunieron en Bogotá para formular criterios penales uniformes en contra del narcotráfico y para establecer el intercambio continental de información que facilite la persecusión y captura de los delincuentes.
El desenmascaramiento de Narcotráfico. SA
La abrupta intensificación de la ofensiva iberoamericana contra las drogas a lo largo de 1984 refleja que los gobiernos de la región han cobrado una idea más clara de que el comercio de la droga es algo más que una empresa ilegal particularmente detestable.
El presidente colombiano, Belisario Betancur, demostró su comprensión del modus operandi de Narcotráfico, SA, cuando criticó la insuficiencia de los esfuerzos de los Estados Unidos para acabar con el trófico de la drogo. Ello se debe a que poderosos intereses de la banca de los Estados Unidos sacan provecho de los miles de millones de dólares ilegales que se lavan en sus cuentas, dijo.
En este volumen demostraremos que el influyente consejo directivo de Narcotráfico, SA, le tiene un cuchillo al cuello a todos los funcionarios de los Estados Unidos, sin faltar el Presidente. a fin de impedir la victoria de la guerra a las drogas. Por eso, el bienintencionada combate del presidente Reagan contra el narcotráfico internacional será efectivo sólo si golpea al aparato financiero que lo dirige.
El 12 de julio, Beliuario Betancur tocó el punto neurálgico del chantaje económico que el continente ha sufrido en esta materia: los países del sector desarrollado “nos exigen esfuerzos colosales, en ocasiones más allá de nuestras posibilidades humanas y financieras, y que por lo menos en ciertas sociedades que se convirtieron en mercados naturales de la droga y provocan su producción, no hay sino esfuerzos policíacos secundarios y hasta una inocultable prudencia político, para erradicar el mal.
“Pero hay algo peor: cuando países como el nuestro, haciendo un sacrificio enorme, buscan en donde supuestamente se ofrece colaboración, equipos para reforzar su actividad de persecusión a los delincuentes, se les da tratamiento comercial inmisericorde, y hasta tratan de imponérseles condiciones financieras inaceptables... En el caso de Colombia, a pesar de semejantes obstáculos, inclusive contra debilidades o vacíos de nuestro sistema legal, continuamos la lucha sin tregua, no sólo en defensa de nuestro propia dignidad y de nuestro propio pueblo, de nuestra juventud, sino de la humanidad entera, porque estamos ante una amenaza mundial".
Este libro es un manual sobre la posición exacta del enemigo que nos permitirá librar una guerra sin cuartel contra Narcotráfico, SA simultáneamente en todos los continentes.

INTRODUCCIÓN

 

El narcotráfico internacional funciona como una firma multinacional única, no muy distinta de los carteles farmacéuticos suizos, con una administración centralizada de la producción, el transporte, la distribución, el almacenamiento y el financiamiento de su “producto". Su objetivo, al menos para la cúspide de su jerarquía, no son las ganancias. Lo que denominamos Narcotráfico, SA, constituye una fuerza estratégica consagrada a ejecutar el trato que tienen concertado la oligarquía financiera de Europa y la Unión Soviética. Es el trato que sellaron Bertrand Russell y los representantes de la Unión Soviética vía las discusiones “de trastienda" de las Conferencias Pugwash, celebradas en los cincuentas, entre otros canales.
Según ese acuerdo, que el finado presidente soviético Yuri Andropov denominó “nuevo pacto de Yalta" a principios de 1983, el mundo se dividirá así: las naciones de Europa occidental devendrán satrapía del Imperio Soviético, y los Estados Unidos quedarán relegados al hemisferio occidental, a la función de brutal cobrador de las deudas contraídas por Iberoamérica con intereses bancarios angloamericanos y suizos.
Merced a su dominio mundial de los medios de intercambio de dinero sucio por limpio, su manejo de la distribución de estupefacientes, su hegemonía en los mercados internacionales de joyas y metales preciosos, y sobre todo su capacidad de generar circulación monetaria anual por valor de cientos de miles de millones de dólares, con los cuales fomentar la corrupción de los cuerpos jurídicos de Estados nacionales. Narcotráfico. SA, ejerce una forma singular de poder político. Lo que queda de la Internacional Nazi, aquello que en los veintes los servicios estadounidenses de inteligencia llamaban la "internacional sinarquista nazi-comunista”, colabora con las filiales estadounidenses del hampa italiana, judía, china y de otras variedades, con el ala criminal de la masonería italiana, con los narcoterroristas de Iberoamérica, con el Partido Acción Nacional de México y con los movimientos separatistas de Europa y los países en vías de desarrollo. Todos tienen un mismo fin: la consumación del “nuevo pacto de Yalta".
La misma oligarquía que comanda a los más corruptos elementos del hampa financiera somete a los mismos fines a las principales instituciones de las finanzas internacionales: el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Pagos Internacionales. de Basilea. Las mismas figuras políticas mundiales que promueven los principios del “nuevo pacto de Yalta” — despoblación, destrucción de la soberanía nacional, cobro de la deuda, “desacoplamiento” de la alianza occidental— están entrelazadas. en lo tocante a sus negocios privados, con loe más sucios elementos del hampa de las finanzas.
Henry Kissinger y su directorio político internacional, conocido como Kissinger Associates, son el nudo central de todas y cada una de esas redes: los negociantes de trastienda con la Unión Soviética, los terroristas y narcotraficantes que operan desde Italia hasta Iberoamérica, los más encumbrados medios financieros. Ese papel lo fortalece la posición regente de Kissinger en American Express, entidad en la que se ha integrado buena parte de la jerarquía de Narcotráfico, SA.
Dicha jerarquía comprende los siguientes grupos principales: la combinación británica que domina los bancos extraterritoriales y el comercio de metales preciosos; es decir, el Hong-kong and Shanghai Bank, los intereses auríferos Oppenheimer, importantes instituciones financieras como la Eagle Star Insurance y el Barclay’s Bank, y sus parientes canadienses tales como el Banco de Montreal y el banco de Nova Scotia; los principales bancos suizos; los encargados de continuar las manipulaciones financieras veneciano-genovesas personificadas por el finado Roberto
Calvi, del Banco Ambrosiano, y el sórdido Edmund Safra, de American Express; los vástagos de la banca suiza y los viejos fondi europeos: el cartel granero internacional formado por Cargill, Continental (de la familia Fribourg), Bunge y Louis Dreyfus; y las grandes instituciones financieras vinculadas al ex secretario de Estado de los Estados Unidos, Henry A. Kissinger. entre ellas los bancos Citibank y Chase Manhattan, y American Express.
Este es el conglomerado financiero y político que respalda a lord Peter Carrington, ex ministro del Exterior británico y ahora secretario general de la OTAN, el Yago de la guerra británica de las Malvinas, librada contra Argentina y toda Iberoamérica, contra la soberanía nacional en la parte sur del hemisferio occidental.
Este monstruo devora ahora las finanzas norteamericanas. Las finanzas de los Estados Unidos dependen ya de que les llegue del exterior una corriente de capital por un total anual que rebasa los 120.000 millones de dólares (según cifras del tercer trimestre de 1984). El Fondo Monetario Internacional reconoce de modo oficial que la fuente principal de esos recursos es la “fuga de capitales": es decir, fondos que cruzan fronteras nacionales sin consideración alguna de las leyes impositivas o de cambio de los gobiernos nacionales.
Narcotráfico, SA, de 1978 a 1984
Cuando este libro se publicó por primera vez, en diciembre de 1978, la conclusión más alarmante que presentaba se refería a las dimensiones y los alcances del narcotráfico internacional: demostramos que el narcotráfico es el renglón mayor del comercio internacional, hecha salvedad del petróleo, y que los ingresos anuales del narcotráfico exceden el producto nacional bruto de la mayoría de las naciones del globo, asi como los ingresos de las mayores compañías multinacionales.
La influyente revista estadounidense Saturday Review calificó esa conclusión de “idea realmente apocalíptica”. Los años y la continua cadena de revelaciones que se han sucedido desde entonces han mermado el asombro. Después del informe sobre lavado de dinero de la Comisión Presidencial sobre el Hampa, publicado en los Estados Unidos en noviembre de 1984. del informe de marzo de 1983 de la Subcomisión Permanente de Investigaciones del Senado de los Estados Unidos, y de un sinnúmero de audiencias congresionales sobre el tema de los bancos y el lavado de dinero, la mayor parte de lo que publicamos en la primera edición en inglés de este libro ha recibido confirmación oficial.
Quizá la comprobación más contundente de las acusaciones que hicimos fue la de la Superintendencia Bancaria del estado de Nueva York: sobre la base de pruebas presentadas por los autores de este libro, ese organismo le negó a la Hong-kong and Shanghai Banking Corporation permiso para adquirir la mayoría de las acciones del Marine Midland Bank de Nueva York, en 1979. con lo que le propinó un serio revés a lo que hasta esa fecha era el plan de conquista foránea de mayor envergadura en la historia de la banca de los Estados Unidos.
La .superintendente Muriel Siebert le exigió al HongShnng una relación pormenorizada de sus ganancias ocultas, de sus filiales disimuladas y de todos los demás pertrechos del lavado de dinero, y cuando el HongShang, como era de esperarse, se negó a presentarla, le rechazó la solicitud, Para consumar la adquisición, el HongShang se vio obligado a emplear un subterfugio, que a fin de cuentas fue aprobado por la Junta de la Reserva Federal, encabezada por Paul Volcker: consiguió que el Marine Midland, uno de los más grandes de los Estados Unidos, cambiara su registro de banco estatal a nacional, para soslayar la autoridad del estado de Nueva York. Aunque la Reserva Federal tiró los reglamentos por la borda y en 1980 aceptó la adquisición del Marine Midland, nuestros argumentos 6e escucharon en los tribunales, y el superintendente bancario de Nueva York, la capital financiera de los Estados Unidos, tuvo que aceptar implícitamente nuestras conclusiones.
En 1978 preguntábamos: “¿Cómo es posible que cada año más de 200.000 millones de dólares sucios crucen impunemente las fronteras internacionales?” Sólo cabe una respuesta: una enorme porción de la banca internacional y entidades financieras afines se crearon con el fin exclusivo de administrar dinero sucio. Más aún, ese sector de la banca internacional goza de la protección soberana de más de un gobierno.
Hace un lustro, tales acusaciones pudieron parecer arrojadas, o aun excéntricas. Pero compárense con las conclusiones de un estudio titulado "Delito y secreto: el empleo de bancos y compañías extraterritoriales”, publicado tras dos años de investigaciones por la Subcomisión Permanente de Investigaciones del Senado de los Estados Unidos, en marzo de 1983. Los investigadores consideran que la economía ilícita de los Estados Unidos constituye hasta el 10 por ciento del producto nacional bruto oficial, o sea más de 300.000 millones de dólares. El estudio informó que el centro mundial del ocultamiento de fondos es Londres, cargo que se levantó por primera vez en Narcotráfico, SA; que las dos quintas partes de todas las actividades bancarias que se manejan desde Suiza se realizan por medio de centros financieros extraterritoriales; y que Suiza es la meca de esas cuentas secretas cuyos depósitos pasan por varias transferencias bancarias para borrar quiénes son sus propietarios y beneficiarios.
El estudio de la subcomisión senatorial hace un recuento de acusaciones que a lo largo de varios años han hecho fiscales estadounidenses contra bancos suizos, británicos y canadienses, con mención frecuente de los tres principales bancos suizos, el más grande banco británico, el Barclay’s, el Banco de Nova Scotia, de Canadá, y varias di visiones extraterritoriales de bancos estadounidenses. En referencia al Banco de Nova Scotia, uno de los mejor resguardados entre las instituciones británicas, el citado estudio dice: “En el Caribe, por ejemplo, un importante banco internacional canadiense tiene una afianzada reputación de alentar el dinero sucio... Altos funcionarios de ese banco dan ejemplos en que la casa matriz ha depuesto administradores competentes en ultramar por no lograr... acrecentar al máximo las ganancias mediante relaciones corruptas".
El informe del Senado corrobora no sólo en lo específico sino también en el alcance de sus conclusiones, los controvertidos juicios que nos formamos en 1978. Dijimos que una buena parte de la estructura bancaria del mundo se había formado con el fin de manejar dinero sucio. El estudio senatorial concluye que las operaciones financieras ilegales están ya tan estrechamente entrelazadas con el sistema bancario extraterritorial que las transferencias de fondos ilegítimos podrían constituir una amenaza al sistema bancario mundial en su conjunto. En referencia al caso de la bancarrota, en 1982. del Banco Ambrosiano, malhadado vehículo de las maniobras políticas y financieras de Roberto Calvi, la comisión decía:
En 1982, el Banco Ambrosiano de Milán. Italia, cayó en bancarrota, merced a préstamos por 1.400 millones de dólares que había hecho a varias misteriosas compañías panameñas de paja... El euromercado es un rasgo importante en extremo del comercio internacional. Pero en los países que albergan el lavado de dinero, carece de reglamentación. Asi, las mismas condiciones quo facilitan el comercio internacional pueden también crear oportunidades de delinquir. El uso de las entidades extraterritoriales con fines ilegales representa un problema para la estabilidad de la banca de muchas naciones. La frágil condición de la banca internacional en nuestros días resulta en parte de préstamos cuestionables, mala reglamentación y el riesgo que resulta de que tantos países no puedan pagar ni el interés ni el principal de su deuda. No es inconcebible que una pérdida de naturaleza criminal, no debida a que alguna nación soberana incumpla el pago de su deuda, pudiera ser la gota que derrame el vaso de la banca.
Mucho más amplias, si bien menos sorprendentes, son las conclusiones del informe de la Comisión Presidencial sobre el Hampa, publicado en noviembre de 1984. En él pueden apreciarse todos los trucos empleados por el narcotráfico, o por lo monos los más conocidos: el uso de casinos de juego para lavar dinero de las drogas, la corrupción de los bancos y su virtual incorporación al narcotráfico, y la participación de tan augustas firmas como E. F. Hutton (que envió sus guardias de seguridad al hotel Waldorf-Astoria en Nueva York paro ayudarle n un cliente colombiano a traer maletas llenas de efectivo a sus oficinas, y luego puso sobre aviso a ese cliente cuando supo que era objeto de investigación por servir de lava-dólares a la mafia colombiana de la cocaína).
Quizá nos consolara en algo esta corroboración de nuestras primeras conclusiones, si no fuera porque el narcotráfico y las redes de dinero sucio han seguido creciendo. Nuestra evaluación original de que las ventas de narcóticos ascendían a 100.000 millones de dólares al año en los Estados Unidos y 200.000 millones u escala mundial, resulta minúscula frente a la realidad actual de que tan sólo el consumo anual de cocaína en los Estados Unidos representa un negocio de 75.000 millones de dólares, en tanto en Europa crece con rapidez el número de heroinómanos. Actualmente el narcotráfico tiene ingresos de por lo menos 200.000 millones de dólares al año en los Estados Unidos; 400.000 a escala mundial. El contrabando, el tráfico ilegal de armas, etc., han crecido en la misma proporción.
Lo que es más alentador es que, por primera vez, las naciones de Iberoamérica luchan abiertamente, en sus parlamentos nacionales y reuniones internacionales, por su soberanía contra los aliados públicos de las mafias de las drogas, que se atreven a enfrentar abiertamente el poder de gobiernos legítimamente constituidos.
Pese a los esfuerzos del presidente Reagan en su guerra declarada a las drogas; pese a los heroicos esfuerzos de la policía italiana por suprimir a la mafia siciliana; pese a la destrucción de la pandilla de Calvi en la masonería italiana; pese a las batidas contra el lavado de dinero en los bancos de Florida; y pese a la lucha conjunta iberoamericana por llevar a los narcotraficantes a la justicia, por “delitos contra la humanidad", pese a todo esto, la red internacional que denominamos Narcotráfico, SA, no sólo ha prosperado, sino que ha ascendido a una posición de autoridad en la economía mundial: el Fondo Monetario Internacional hace lo que quiere entro las naciones deudoras del sector en vías de desarrollo.
En junio de 1983, el Fondo Monetario Internacional hizo su primer comentario público sobre el tema, en un recóndito apéndice de su informe Perspectiva económica mundial. El FMI, a su manera blanda y perversa, observa que unos 200.000 millones de dólares al año desaparecen de los libros de los gobiernos nacionales que lo reportan u oso organización financiera internacional los datos de sus balanzas de pago. En el mundo misterioso de los intercambios de cuentas gubernamentales, esto se conoce como una “discrepancia estadística en la cuenta global actual de las balanzas de pago". Representa la diferencia entre los déficit y los superávit de todos los países sumados. En teoría, al menos, el déficit de un país debe ser el superávit de otro, por lo que los unos y los otros deben sumar lo mismo. Perú para 1982 el exceso total de los déficit con respecto de los superávit había ascendido a 89.000 millones de dólares. Si se sumaran individualmente todas las discrepancias entre los pagos y los recibos de los países, en lugar de agregarlos de una manera generalizada, para 1982 el total ascendería a 200.000 millones de dólares: casi la quinta parte de todo el comercio internacional.
En otras palabras, los déficit netos que reportan todos los países suman 89.000 millones de dólares; la suma de todos los fondos de los que no pueden dar cuenta esos países es de casi millones de dólares. De 1973 a la fecha, añadía el FMI en su informe, el volumen total de tales discrepancias había llegado a la fantástica suma de 800.000 millones de dólares.
Para las naciones iberoamericanas que han sufrido rachas de fuga de capitales en 1982 y 1983, esto no resulta sorprendente. Lo que expresan estas cifras es que los flujos internacionales de capital están completamente fuera del control de los gobiernos; los gobiernos no pueden ya ni siquiera identificar flujos de capital por valor de 200.000 millones de dólares al año, ¡mucho menos intentar coordinarlos!
El informe del FMI lo deja muy poco a la imaginación: el origen de la "discrepancia estadística” es la fuga de capitales y los movimientos similares de dinero ilegal. Dice el informe de 1983:
El factor principal que explica el aumento de la asimetría
de pagos mundial en las cuentas corrientes ha sido el aumento relativamente acelerado del saldo negativo de invisibles. Después de que en 1973 eran aproximadamente equivalentes, los pagos y recibos por servicios y transferencia« privadas han divergido cada vez más en años subsecuentes. y los egresos registrados en estas cuentas rebasaron a los ingresos por unos 800.000 millones de dólares en 1982.
El FMI informa directamente que los “invisibles” que explican la “discrepancia estadística”, es decir, "embarques”, “ganancia« reinvertidas" y “otros ingresos devengados” equivalen a nada menos que fuga de capital:
La parte más fácilmente identificable de este gran exceso de débitos sobre créditos es el que resulta de servicios suministrados por flotas que despliegan las llamadas banderas de conveniencia. Los pagos por los servicios de estas flotas, en su mayor parte, se registran en las estadísticas de balanza de pagos de los países que se valen de esos servicios. Por otra parte, es característico que los créditos correspondientes no se anoten en la balanza de pagos de país alguno.
Es decir, entran ilegalmente al sistema bancario. El FMI, supuesto legislador de las finanzas internacionales, nos informa ahora que en las finanzas internacionales no hay ley.
Estas confesiones conllevan consecuencias pasmosas. Tras arruinar las economías y socavar la estabilidad política de la mayor parte de Iberoamérica, así como de Nigeria, Filipinas y muchas otras naciones del sector en vías de desarrollo, el Fondo Monetario Internacional reconoce que lo que provocan sus acciones —el éxodo en masa de capitales y la correspondiente inflación de la deuda externa de los países víctimas— escapa ni poder de esas víctimas. De hecho, según el FMI, escapa al poder de cualquier gobierno nacional.
¿Quiénes son los individuos, los bancos, que administran lo que escapa de las cuentas de los gobiernos nacionales? Más adelante demostraremos que el otro lado de los déficit no reportados que menciona el Fondo Monetario Internacional son las compras secretas de propiedades estadounidenses por parte de los grandes fondi de Narcotráfico. SA. Pero primero debemos pasar revista a lo que ha sido de los lava-dólares que el lector conocerá en los capítulos siguientes.
Los mandos de Narcotráfico, SA
En los próximos capítulos, tomados de la edición de 1978, identificaremos una red financiera muy tupida, cuyos orígenes se remontan al narcotráfico de las Guerras del Opio británicas de la década de 1840. El paradigma de esta red es el Comité de Londres, o sea los directores acuartelados en Gran Bretaña del Hong Kong and Shanghai Bank, banco central de Narcotráfico, SA. Está directa e inmediatamente vinculado a las cinco grandes cámaras de compensación londinenses, con los cinco corredores del monopolio del oro de Londres, y los grandes bancos internacionales canadienses.
Dicha red aporta los medios bancarios, de comercio de metales preciosos y afines, para hacer desaparecer cada año de las calles de Nueva York, Amsterdam, Francfort y Hong Kong cientos de miles de millones de dólares que reaparecen luego como haberes aparentemente legítimos dondequiera que convenga. La colaboración sino-británica en el tráfico de opio en Asia es política oficial de la República Popular China, y se ajusta a "convenios comerciales” de la élite británica que se remontan a la corrupción original de la burocracia imperial china por parte de la Compañía de las Indias Orientales británica.
Todo esto se ha confirmado, en lo principal, en los informes oficiales estadounidenses ya citados, entre otros. Seis años más de investigaciones realizadas por los cientos de investigadores y corresponsales de Executive Intelligence Review (EIR) han reconstruido en sus tres dimensiones la maqueta de Narcotráfico, SA, cuya fachada principal y más obvia es británico. Sus otras dimensiones, igualmente integradas a una sola jerarquía mundial, son la europea, asentada en Suiza, y la soviética.
El Hongkong and Shanghai Bank maneja ahora el duodécimo banco más grande de los Estados Unidos, y sus colaboradores de entre las cámaras de compensación británicas le han entrado en grande a la banca estadounidense, mediante la apropiación del Crocker National Bank de California, por parte del Midland, del BanCal-TriState, también de California, por parte de las Rothschild, e incursiones similares al mercado estadounidense.
El grupo minero Oppenheimer, heredero del imperio de Cecil Rhodes, es la fuerza dominante —en colaboración con el HongShang y sus subsidiarias en el Oriente Medio— en el tráfico ilegal de oro y diamantes mediante el que se convierte en activos portátiles e indetectables tanto dinero sucio. El grupo Oppenheimer, mediante De Beers, su monopolio diamantífero, Anglo-American Mining y Consolidated Gold Fields of South África, sus corporaciones mineras, y Phibro, su entidad comercial, ha extendido sus tentáculos a todo el mundo, y especialmente a los Estados Unidos.
La Eagle Star Insurance, que sirve de enlace entre la oligarquía británica y los bancos canadienses, ha penetrado entre las aseguradoras del continente europeo, a la vez, que gana enorme terreno en los Estados Unidos. En los capítulos tomados de la edición de 1978, se enterará el lector de que la Eagle Star administra los fondos familiares de aquellos gángsters de la época de la Prohibición, a duras penas reencauchados, la familia Bronfman. Los Bronfman, a su vez, comandan una variedad inferior de las especies "hamponiles" de Estados Unidos y Canadá. Las aseguradoras canadienses que funcionan bajo la égida de Eagle Star han venido a predominar en los mercados urbanos de bienes raíces en los Estados Unidos, desde Nueva York hasta Tejas.
Pero aún más importante es el papel que asumió Eagle Star a partir de noviembre de 1983, cuando se convirtió en principal eslabón visible entre el narcotráfico y el alto mando británico, y con los intereses financieros suizo-germanos organizados en tomo de las grandes fortunas familiares del sur de Alemania. Allianz Versicherung, de Múnich, la aseguradora más grande del continente europeo, compró 30 por ciento de Eagle Star en una batalla de adquisición que recibió mucha publicidad y cuyo ruido y furia disimuló la identidad de intereses entre las partes británica y alemana. Por algún tiempo habían existido ya apretadas relaciones financieras entre el HongShang, en el Lejano Oriente, y los elementos más feos de las finanzas alemanas.
Allianz representa una coalición de los más antiguos y venenosos fondi familiares alemanes, incluidos los de la antigua dinastía bávara de los Wittelsbach, y la más perversa familia en la Europa de habla alemana, los Thurn und Taxis. Fueron los Thurn und Taxis y sus parientes políticos, los Braganza. la destronada familia real portuguesa, quienes crearon y sufragaron la organización terrorista Tradición, Familia y Propiedad, involucrada en planes de asesinar al Papa Juan Pablo II y a cuya sección venezolana acaba de proscribir el gobierno de ese país.
La vieja United Fruit Company, rebautizada United Brands en los sesentas, ha sido el eje de la gran delincuencia estadounidense desde comienzos del presente siglo, sirviendo de puente entro la mafia siciliana de Nueva Orleans y las firmas navieras de los “bramanes” de Boston. Desde los inicios del narcotráfico iberoamericano, los buques bananeros de la United que entran a la bahía de Baltimore han sido el más libre vehículo de transporte físico de contrabando a los Estados Unidos. United Brands, merced a una serie de reorganizaciones empresariales, terminó de entonces acá en manos de Carl Lindner, magnate de los seguros oriundo de Cincinnati, Ohio, y principal socio, a lo largo de las tres décadas pasadas, de Max Fisher, cabecilla del hampa de Chicago.
La suerte de United Brands, mediante un enredo de intereses financieros que parece imaginado por un escritor de folletines de misterio, se ha unido a la de American Express, el más eficiente porteador secreto de dinero del mundo, y con el príncipe del lavado de dinero sucio de Levante, el financista suizo-sirio Edmund Safra. American Express, el monstruo que devoró la mitad de las viejas firmas financieras de Wall Street, reúne los recursos delictivos y de contrabando de United Brands, las redes financieras que crearon y financian a los Montoneros en Argentina y a otras organizaciones terroristas, y los intereses radicados en Suiza que han servido por toda una generación como mandaderos de la Unión Soviética en el mercado internacional del oro.
Pero aún más ominoso que el auge espectacular de esas sórdidas instituciones financieras de Occidente es el papel de la Unión Soviética, tema de un nuevo capítulo escrito para la presente edición. Cuando ocurrió la gran sacudida financiera de 1973 a 1975, las empresas financieras que se fueron a pique siguieron todas una pauta común. Al mismo tiempo que Watergate sacaba de escena a Richard Nixon y los servicios estadounidenses de inteligencia quedaban en las garras de la Comisión Church del Senado, en los asuntos del bajo mundo financiero ocurría una vasta reorganización.
El rotundo Bernie Cornfeld fue expulsado repentinamente de la organización de lavado de dinero por excelencia de los años sesenta, la Investors Overseas Service. Las autoridades suizas y el barón Edmond de Rothschild se confabularon para sustituir a Cornfeld con un “descubrimiento" de Rothchild: Robert Vesco. Este es ahora frecuente visitante, si es que no residente permanente, de la Cuba de Fidel Castro, y está documentado que ayuda a Cuba en sus intentos de emplear el narcotráfico como fondo de contingencia para operaciones políticas sucias en el Caribe.
El banquero rumano Tibor Rosenbaum. de quien se dice ocupaba una alta posición en la Mossad y era uno de los principales cómplices del ex ministro israelí de Hacienda Pinhas Sapir, murió en desgracia tras venirse abajo su Banque de la Crédit Intemationale en Suiza. El pape! que desempeñaba en el tráfico secreto de armas de Israel recayó en gente como Ariel Sharon y su desagradable compinche Meshulam Riklis. de la Rapid-American Corporation. No sólo Riklis y su compañía han sido blanco de primera importancia de los investigadores antinarcóticos del servicio de aduanas estadounidense, por lo menos desde mediados de los setenta; su protector en la política israelí, el sanguinario Ariel Sharon. pertenece a una facción paranòica que está convencida de que el poder de los Estados Unidos está condenado a la perdición, y que Israel, para poder sostenerse en un mundo privado de la influencia estadounidense, tiene que arreglarse de alguna manera con la Unión Soviética.
La caída de Michele Sindona en 1974 no fue, en absoluto, una pérdida para la humanidad. Pero el individuo que ocupó su puesto como banquero privado del Vaticano, doblemente infortunado, fue Roberto Calvi, del Banco Ambrosiano. junto con sus aliados de la masonería italiana, Licio Gelli y Umberto Ortolani. Documentaremos más adelante que Gelli, ex matón fascista, era la extremidad italiana de la ya infame "conexión búlgara”, red de comercio de armas por drogas descubierta por la policía italiana en 1982, la cual brindó protección al terrorista que intentó matar al Papa Juan Pablo II.
Junto a este gran remezón que hubo en el bajo mundo financiero ocurrió otra reorganización mucho más visible: la poda general de los grandes corredores de bolsa de Wall Street, proceso que continúa hasta la fecha y que reviste una importancia comparable en cuanto contribuye a transformar el sistema financiero mundial en instrumento de las oligarquías europea y soviética. Es imposible ya distinguir cuántos activos estadounidenses son realmente estadounidenses; lo que si se sabe es que la banca inversionista en los Estados Unidos está casi completamente dominada en la actualidad por los viejas fondi europeos; es decir, fortunas de familias cuyo linaje se remonta a cuando Génova y Venecia sufragaron las cruzadas.
La Unión Soviética aprovechó el gran remezón de mediados de los setentas para abrirse camino a una posición de participación importante en el bajo mundo de las finanzas internacionales. Mediante la expansión de su propio aparato bancario imperial, destacando u lugares clave elementos del hampa sujetos o la influencia soviética, y, sobre todo, mediante tratos con intereses occidentales tales como el grupo Oppenheimer, la Unión Soviética se apoderó de las redes de dinero sucio. Esto lo hizo en cumplimiento de su objetivo estratégico: imponer la hegemonía soviética en el continente europeo, y relegar a los Estados Unidos al papel de mera potencia hemisférica, regente del desplome social de todo el mundo iberoamericano.
Como fácilmente puede determinarse, el más efectivo colaborador con que ha contado la Unión Soviética en este propósito es el Fondo Monetario Internacional (FMI). Al tiempo que el FMI intenta destruir uno por uno a los amigos de los Estados Unidos en el mundo en vías de desarrollo, creando condiciones de austeridad forzada en que la influencia soviética pueda extenderse a naciones inherentemente hostiles a esos designios, asi mismo las medidas prodrogas del FMI financian las operaciones encubiertas del imperio soviético.
El monstruo que identificamos en 1978 ha mudado la piel, desechando revestiduras tales como el Banco Ambrosiano y la Inventors Overseas Services, tan sólo para multiplicarse en su atención e influencia.
Hace seis años, el narcotráfico amenazaba a todas las futuras generaciones de jóvenes. Ahora es el eje de la más grave amenaza que ha enfrentado la civilización occidental desde el siglo 14. Lenta y tardíamente, los gobiernos de Occidente han reconocido el alcance del problema, y han adoptado, a su lerdo modo, partes del análisis que publicamos hace seis años. Ahora necesitan moverse más rápido, más despiadadamente, contra los ciudadanos “insospechables” y las instituciones “intachables" que han levantado la escoria del bajo mundo de las finanzas al primer plano de la vida política mundial.
El papel de Henry Kissinger
Al repasar el acervo de expedientes acumulados por EIR en los seis años transcurridos desde que completamos la primera edición, y tratar de destacar la información más útil e interesante para el público en general, los autores del libro que el lector tiene en sus manos quedamos impresionados con la redundancia de instituciones e individuos que aparecen en todos los contextos funcionales y geográficos que hemos estudiado.
No se sorprenda el lector cuando los vestigios del movimiento nazi en tomo al banquero suizo Francois Genoud resulten ser el principal dispositivo de inteligencia soviética en el extranjero, o cuando lo que la prensa de Occidente llama “el hampa” resulte ser instrumento de esa combinación nazi-soviética. No no sorprenda cuando el principal banco internacional de la Unión Soviética resulte sor socio del banco que financió la “conexión francesa”, de fama cinematográfica; cuando se entere de que el banquero que subvencionó a los Montoneros en la Argentina colabora con los actuales patrones de Henry Kissinger; cuando le informemos que los padrinos de la mafia italiana en el Perú trabajan para los socios de la Unión Soviética en los mercados internacionales del oro. Ni se sorprenda cuando sepa que el Hong Kong and Shanghai Bank, pilar financiero del tráfico de heroína, regula también todas las transacciones de compensación del centro monetario mundial de la cocaína en Panamá; que el abogado de la principal entidad financiera de la Unión Soviética en Europa occidental asesoró a Robert Vesco en el fraude de la Investors Overseas Services; que el actual secretario general de la OTAN es socio de Michele Sindona.
Y más aún: no se sorprenda de que la facción política estadounidense que en estos momentos, en los últimos día9 de 1984, exige que loa Estados Unidos envíen tropas a Nicaragua y quizás aun a México, resulte estar colaborando con los gobiernos de Cuba y Nicaragua en el narcotráfico caribeño. Desde el punto de vista estratégico no tiene nada de raro: la Unión Soviética le ha asignado a los movimientos de insurgencia en Nicaragua y otros países la tarea de hacerse masacrar por el régimen estadounidense, para mayor gloria del Imperio Soviético, y para que éste pueda tomar represalias contra el ‘‘imperialismo yanqui" avanzando militarmente en Europa occidental, principal objetivo estratégico de la Unión Soviética desde 1944. Simplemente sucede que Henry Kissinger y sus amigos, agentes de influencia soviética, organizan sus actividades conforme a objetivos soviéticos, hasta en lo más recóndito del bajo mundo financiero.
Si hay en nuestro relato un protagonista principal —en el sentido novelístico— en torno del cual giran todos los demás, ése es Henry Kissinger, cuya firma de consultoría se ha convertido en la entidad a donde convergen los hilos del narcotráfico de lodo el mundo: desde el despacho de asesinatos de la Internacional Nazi hasta los cultivos de coca en Bolivia; desde las oficinas de Edmund Safra en Brasil hasta la nueva sede de American Express en Nueva York. Kissinger es el principal proponente de la acción militar estadounidense en América Central, tanto en persona como por medio de figurones como
George Shultz. el secretario de Estado. Y Kissinger ha contribuido tanto y crear las condiciones de ruina económica en que cunde el narcoterrorismo por toda Iberoamérica que la vía militar, efectivamente, podría parecerle inevitable al actual gobierno estadounidense.
Sin duda el lector se sentirá perplejo de que el mundo sea tan distinto de lo que se imaginaba; pero si comparte nuestra estimación por los valores fundamentales de nuestra civilización. los que quiere destruir Narcotráfico, SA, encontrará solaz en la llana sencillez del asunto: nuestros amigos son muchos; nuestros enemigos, pocos. Y no sólo son pocos sino que se les puede identificar con domicilio y número de telefono. Una vez que se sospecha de ellos, el poder de los “ciudadanos insospechables" se viene abajo. El puñado de familias e instituciones qua dominan Narcotráfico, SA, no importa cuán poderosas, no aguantan el escrutinio público. La guerra a las drogas, que es una lucha por el futuro de nuestra especie, comienza a ganarse desde el momento en que sus nombres salen a la luz del día.