"Herreros y alquimistas" presenta el grupo de mitos, ritos y simbolos que son propios al oficio de minero, metalúrgico y forjador desde la óptica del historiador de las religiones, poniendo especial énfasis en lo que estos tienen de ritual y de significación espiritual.
Si bien se tienen en cuenta las investigaciones históricas sobre la metalurgia y la ciencia en general el foco está puesto en el fenómeno religioso.
El metalúrgico interviene en el proceso de la naturaleza y se atiene a sus leyes para modificar las modalidades de la materia, que si bien tienen una significación puramente material hacen también referencias a un proceso interior.
Tanto el minero como el forjador y el alquimista, todos ellos reivindican una experiencia mágico-religiosa particular en sus relaciones con la sustancia; esta experiencia es su ámbito propio, y su secreto se transmite mediante los ritos de iniciación de los oficios; todos ellos trabajan con una materia a la que consideran a la vez viva y sagrada, y su actividad va encaminada a la transformación de la Materia, su "perfeccionamiento", su "transmutación".
La segunda parte del estudio hace hincapié en la ideología y las técnicas de la alquimia. Insistiendo preferentemente sobre las alquimias china e india.
Pero, mientras a perspectiva del historiador de la química es hacer nacer a la química de la alquimia, nosotros vemos en la química un venir a menos de la ideología y esencia de la alquimia, hasta el punto que la primera no es sino una degradación e incomprensión de la primera. Mientras que la alquimia era una ciencia sagrada, la química se constituyó después de haberla despojado de su carácter sacro. Las operaciones materiales practicadas en laboratorios realmente existían, pero estas perseguían una finalidad distinta que las químicas. La interpretación profana es totalmente lógica a los ojos de una cultura como la nuestra, que se ha lanzado por un camino que estima no sólo como el mejor, sino como el único digno de un hombre inteligente y honrado.
Así como el estudio de otras civilizaciones ha llevado a la nuestra a tener que salirse de su propio campo de visión, es de esperar que en el futuro también ciertos momentos de la historia espiritual europea, que tienden a acercarse a las culturas tradicionales y que rompen claramente con todo cuanto se ha creado en Occidente tras el triunfo del espíritu científico, no serán ya juzgados con el partidismo polémico de los siglos XVIII y XIX La alquimia se sitúa entre las creaciones del espíritu precientífico, y el historiador correría un grave riesgo al presentarla como una etapa rudimentaria de la química. Un camino que, además, empobrecería nuestra propia interioridad y esencia.