Dante Alighieri se alza, sin duda, en lo más alto de la literatura universal. Su Divina Comedia, redactada a principios del siglo XIV, ha inspirado por siglos a poetas, pensadores y artistas en general. Pero lo que ella oculta tras su apariencia poética ha sido mayormente incomprendido en la era moderna. El mismo Dante indica de una manera muy explicita que hay en su obra un sentido oculto, del que el sentido exterior y aparente no es mas que un velo, y que debe ser buscado por aquellos que son capaces de penetrarle.
Y ha sido René Guénon, incansable buscador y develador de la esencia de las tradiciones espirituales de la humanidad, uno de los mejores intérpretes del aspecto propiamente esotérico e iniciático de la Divina Comedia.
Guénon se esfuerza por establecer que las tres partes de la obra de Dante representan las etapas de la realización iniciática, explorando los paralelismos entre el simbolismo de la Commedia y el de la masonería, el rosacrucismo y el hermetismo cristiano, e ilustrando el conocimiento de Dante de ciencias tradicionales desconocidas para los modernos: las ciencias de los números, de los ciclos cósmicos y de la astrología sagrada. En particular, realiza el desglose en tres partes del viaje de Dante como referentes a los “tres mundos” que estructuran el cosmos y que se encuentra, en diferentes formas, en todas las tradiciones. Pero estas tres partes representaban también el camino iniciático: los infiernos, el mundo profano y los estados inferiores del ser; el purgatorio, las primeras etapas iniciáticas y la recuperación del “estado edénico”; el Cielo, “la morada de los perfectos” y acceso a estados superiores del ser.
Para sostener que su contenido es esencial a la espiritualidad más profunda que la humanidad ha desarrollado en diversas formas y que constituyen lo que llamamos Tradición Primoridal o Perenne, Guénon explora las similitudes entre la Divina Comedia y el Viaje Nocturno del Profeta Mahoma en los libros de Ibn Arabi, resaltando que ciertos detalles extremadamente precisos son idénticos. Algunas de estas similitudes que encontramos, además, en los textos mazdeítas, budistas e hindúes expresan, también, el hecho de que describen las mismas verdades.
Guénon aborda también la importantísima cuestión del esoterismo medieval y trata del papel de las lenguas sagradas y del principio de iniciación en la tradición cristiana, así como de organizaciones esotéricas cristianas como el Santo Grial, los Guardianes de Tierra Santa, el Sagrado Corazón, los Fedeli d’Amore, las “Cortes del Amor”, y la Lengua Secreta de Dante. Además de Dante, muchos investigadores han explorado otras vías hacia un posible esoterismo cristiano -la leyenda del Santo Grial, los templarios, la tradición del amor cortés, la masonería, el rosacrucismo y el hermetismo cristiano-, y Guénon se ocupa de todas ellas en el presente volumen.
Corrigiendo los errores de estudiosos anteriores que sólo habían vislumbrado el sentido profundo de la obra de Dante, ofrece una explicación totalmente nueva de numerosos puntos no dilucidados anteriormente.
Tanto “El esoterismo de Dante” como “Perspectivas del esoterismo cristiano” serán de inestimable valor para todos los que intentan comprender la plenitud de la tradición cristiana y los proveerá con las herramientas adecuadas para poder interpretar la dimensión esotérica e iniciática de la obra que, según Guénon, constituye «el testamento espiritual de la Edad Media».