Libreria Argentina Libreria Argentina Libreria Argentina

 

El nacionalismo de Rosas

 

Roberto de Laferrere

El nacionalismo de Rosas – Roberto de Laferrere

148 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2021
, Argentina
tapa: blanda
 Precio para Argentina: 690 pesos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Roberto de Laferrere es uno de los grandes hombres del revisionismo histórico que permanece olvidado. Periodista, político e historiador argentino, carga en su sangre con la lucha por la argentinidad y le hace honor a este llamado. Sus antepasados lucharon contra los invasores ingleses, en la guerra de la independencia y en las luchas civiles, y él se compromete con el nacionalismo argentino siendo conductor de la Liga Republicana en los 30 o formando parte del grupo de revisionistas que funda el Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rozas.
Su obra "El nacionalismo de Rosas", aparecida en primera instancia como artículos en la Revista del Instituto es un éxito inmediato y amerita su publicación separada. Su repercusión es lógica, la lucha de Rosas es la lucha de Argentina, su sentir fue el sentir de su pueblo que se rebelaba ante la dominación extranjera. Hasta el mismo Alberdi, en la vereda opuesta de Rosas, lo admitía: "Rosas y la República Argentina se suponen mutuamente: el temple de su voluntad, la firmeza de su genio, la energía de su inteligencia no son rasgos suyos sino del pueblo que él refleja en su persona". La defensa del General Rosas es una tarea en cierto modo fácil para quienes no han aprendido en los textos clásicos a ignorar la historia —y hasta la geografía— de su país, y escaparon al peligro de obscurecer en ellos para siempre su visión del pasado.
Al autor le sucede lo que a todo curioso de otros libros y documentos le pasa al indagar la historia: comprobar, con asombro, primero, y con irritación después, que en el relato los cronistas no habían respetado la verdad: con lo que perdieron ellos el respeto.
El nacionalismo de Rosas se define, ante todo, por su oposición a los unitarios, quienes, desde 1812, con Rivadavia frente a Artigas, hasta después de Caseros, estuvieron siempre al servicio, más o menos deliberado, del plan de dominación extraña. Al juzgar la conducta de sus jefes de las logias secretas, cabe pensar, en su excusa, que les faltaba el sentimiento de la nacionalidad. No lo traicionaron, porque no lo tuvieron.
En cualquier caso, fueron extraños al país, cosa que tardaron en descubrir, pues por un fenómeno característico de su vanidad, al principio concibieron éste a imagen y semejanza suya y luego, al comprobar la contradicción, dictaminaron que el país estaba equivocado. Vivieron mirando a Europa, de espaldas a la tierra en que habían nacido, de la que se avergonzaban sin ocultarlo. Querían rehacer la realidad conforme a sus “ideas”, que habían convertido en ídolos. Y sus “ideas” no hacían de la experiencia, en el mundo que vivían: les llegaban, como las levitas, confeccionadas en otra parte.
Frente a esa política, tan obcecadamente mantenida, la figura de Rosas se agiganta como la del principal defensor de la nacionalidad, en una lucha a muerte que dura, para él, más de treinta años. Es el representante de lo argentino, de lo nuestro, en conflicto con los extraños, cuyos propósitos hostiles nada tenían que hacer con la Civilización ni con la Cultura, brillantes chafalonías con que se buscaba deslumbrar a los incautos. Ese es el sentido que tiene Rosas para nosotros, los que procuramos rehabilitar su nombre, por eso ilustre, ante las nuevas generaciones. En vano se insistirá en renovar los viejos motivos de repudio, calificando lo nacional de “bárbaro” y de “salvaje” en un curioso empeño de exhibirnos ante los demás como un pueblo de inferiores. No lo creemos.

 

ÍNDICE

Prefacio7
I.- Rosas y sus adversarios9
Los unitarios12
La figura de Rosas19
Rosas y la unidad nacional24
II.- Las intervenciones anglo-francesas en el Río de La Plata27
La intervención francesa de 183828
El planteamiento del doctor Lavalle Cobo30
Rivadavia y las reclamaciones de los almirantes extranjeros38
El triunfo de Rosas45
La agresión anglo-francesa del año 4546
III.- Las ambiciones de Francia en America57
En los tiempos de Carlos IX y Enrique IV58
Las maquinaciones napoleónicas59
Proyectos de Inglaterra y los emigrados franceses60
La política de la Santa Alianza60
Bajo Carlos X de Borbón62
Impedimentos y vacilaciones de Luis Felipe64
Las aventuras marítimas de Francia66
Luis Felipe y sus ministros68
Thiers70
El “movimiento” en el Río de la Plata73
Una cita de Molé74
Montevideo, “colonia francesa”77
El dominio de los ríos argentinos: verdadero objetivo de Thiers80
La conquista por la violencia84
La entrega final88
IV.- Los cargos contra Rosas del Doctor Lavalle Cobo91
Rosas y la Revolución de Mayo92
Rosas y la guerra con el Brasil95
Rosas y Venancourt97
Rosas y la sublevación de Rosales101
Rosas y los derechos argentinos a la Patagonia103
Rosas y las islas Malvinas108
Cómo se contrató el empréstito111
La compra de las onzas de oro112
Lo que entró al país del empréstito inglés114
La verdadera causa del fusilamiento de Dorrego114
El empréstito y el motín de diciembre117
Cómo ofreció Rosas las Malvinas117
V.- Conclusión121
Nota: Artículo de Jorge Lavalle Cobo126



Prólogo

 

Este trabajo de D. Roberto de Laferrére apareció por primera vez en el número 2-3 de la Revista del Instituto de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas”, en agosto de 1939.
Tuvo tal aceptación que fué necesario, poco tiempo más tarde, y agotado dicho número, reimprimirlo en una separata.
A pesar de ello el interés por su lectura no decayó y la última publicación tuvo el mismo fin que la primera: agotada en breve lapso.
Hoy, tan actual como cuando se publicó, este trabajo que refuta numerosos sofismas, nos complacemos en reeditarlo y ofrecerlo a los lectores, tal como fuera escrito; su actualidad hace innecesaria toda modificación a su texto lleno de verdades.

“Rosas no es un simple tirano. Si en su mano hay una vara sangrienta de hierro, también veo en su cabeza la escarapela de Belgrano. No me ciega tanto el amor de partido para no conocer lo que es Rosas bajo ciertos aspectos. Si se perdiesen los títulos de Rosas a la nacionalidad argentina, yo contribuiría con un sacrificio al logro de su rescate. Rosas y la República Argentina se suponen mutuamente: el temple de su voluntad, la firmeza de su genio, la energía de su inteligencia no son rasgos suyos sino del pueblo que él refleja en su persona. La idea de un Rosas boliviano o ecuatoriano es un absurdo. Suprimid a Buenos Aires, sus masas y sus hombres de capacidad y no tendréis a Rosas”.
— Juan Bautista Alberdi.

“Sería de no acabar si se enumerasen las locuras de aquel visionario (Rivadavia) —y la admiración de un gran número de compatriotas— creyendo improvisar en Buenos Aires la civilización europea con sólo los decretos que diariamente llenaba lo que se llamaba Archivo Oficial”.
— José de San Martín.