INTRODUCCIÓN
Hace poco tiempo apareció la traducción española de un adefesio, obra del escritor judío Emil Ludwig, en la cual toma pie en el cobarde asesinato cometido por un estudiante judío para descargar de nuevo esa oleada de calumnias y de mentiras que desde 1933 se ha lanzado contra la Alemania y su Gobierno nacionalsocialista. Aquel que conozca la manera de combatir de los judíos, no ha de extrañarse de esto, pues el código judío prescribe la mentira como un medio lícito de defensa y de ataque. Así dice el "Pesachim" Fol. 113 b.: "Son cinco las cosas que Kanaan ha recomendado a sus hijos: amaos los unos a los otros, amad el robo, amad la disipación, aborreced a vuestros amos y no decid jamás la verdad".
Pero si se pascua siempre en silencio por sobre las calumnias que se propalan, podría por fin despertarse la sospecha de que se teme a la verdad. Es por eso que nos vemos obligados a aceptar el reto que los héroes de la pluma israelita nos lanzan en el extranjero, para defender a nuestra patria.
Emil Ludwig constituye un representante típico de aquel grupo de hombres, que Hitler ha estigmatizado con las siguientes palabras:
"Es una banda internacional de desarraigados, que trata de excitar a las naciones una contra otra. Se trata de gente que no tiene arraigo en parte alguna, y que en cualquier lugar se siente como en su casa. Hoy viven en Berlín, mañana en Bruselas, en París y en seguida en Praga,
Viena o Londres... Si levantamos nuestra protesta contra esta campaña de mentiras y calumnias, lo hacemos porque las consecuencias de este emponzoñamiento general del mundo, no caerán sobre los calumniadores, sino que serán pagadas con la sangre de los demás pueblos".
El judaísmo internacional no puede encontrar un adalid mejor para su nueva campaña de agitación que Emil Ludwig, quien, en las numerosas biografías que ha escrito, ha demostrado ya hasta el cansancio su talento para tergiversar las verdades históricas. Tendremos ocasión de ver desplegado este talento con todo su brillo en su "Crimen de Davos".
Ya desde el principio, en su introducción trata de engañar diciendo: "No cabe hacer cuestión de que yo pretenda ejercer con la presente obra influencia alguna sobre los jueces". Sin embargo, el título del baja la explosión de dolor de una esposa a quien se le acaba de asesinar al compañero de su vida.
En cambio, a la víctima inocente, de cuya vida y carácter sin tacha existen cientos de testimonios neutrales, se lo pinta como un individuo groserote.
La mejor desmentida que recibiera ese adefesio de Emil Ludwig se lo han dado las autoridades suizas mismas, quienes prohibieron la introducción de ese libro y su venta en las estaciones de los ferrocarriles suizos.
El judaísmo internacional trata de emplear un procedimiento análogo al que usó con motivo del proceso por los Protocolos de los Sabios de Sión, para crear también en Suiza alrededor del caso Gustloff otro proceso sensacional. Por medio de folletos y noticias cablegráficos se difundirán en el mundo entero los hechos completamente desfigurados y se tratará de organizar una nueva campaña de difamación en contra de Alemania.
Daremos a continuación un relato corto de los hechos que precedieron y sucedieron al crimen, basándonos en primera línea en diarios y revistas suizos.
En seguida analizaremos el adefesio de Emil Ludwig y las calumnias que contiene, para tratar por fin el Proceso de Berna sobre los Protocolos de los Sabios de Sión, a fin de dar al lector una idea de lo que el judaísmo entiende bajo el concepto de justicia.
|