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El Arte islámico desde el punto de vista de la Tradición Perenne

 

Titus Burckhardt

Cabalgar el Tigre - Julius Evola

128 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2023
, Argentina
tapa: blanda
 Precio para Argentina: 5560 pesos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Titus Burckhardt ha sido uno de los más sutiles y vigorosos intérpretes de la verdad universal, tanto en el campo de la metafísica como en el de la cosmología y el arte tradicional. Fue uno de los mayores portavoces de la philosophia perennis, esa “sabiduría increada” que siempre se ha expresado en las diversas enseñanzas esotéricas y sapienciales. Burckhardr, dentro de la escuela de tradicionalista ha destacado particularmente por su profunda comprensión y esmerado estudio del Islam, tanto como por su particular afinidad con las artes tradicionales, la arquitectura, la iconografía y las demás formas del arte y la artesanía. Por ello resulta especialmente interesante reunir en esta obra sus artículos sobre arte islámico que tanto han servido para echar luz sobre los elementos de verdad trascendente y eterna que esta tradición ha expresado a través de sus formas artísticas.
En "El Arte islámico desde el punto de vista de la Tradición Perenne" se nos presentan los principios intelectuales y la función espiritual de la creación artística -ilustrados aquí en sus formas islámicas- de forma clara y magnífica.
Encontramos que en su aspecto esotérico el arte no es un añadido humano a la existencia sino un modo de participación consciente en la obra del Único Creador. Partimos de la idea fundamental de que todo oficio puede ser el soporte de una realización espiritual, y ello gracias a su simbolismo, que refleja, en el plano terrestre, una función universal determinada; en otras palabras, el arte o el oficio -que tradicionalmente no son sino uno- debe simbólicamente corresponder a una actividad divina. Todo oficio tradicional refleja entonces, según un modo particular, la producción del mundo, y es precisamente en virtud de esta analogía entre el proceso cosmogónico y la apertura espiritual -que necesariamente se incorpora a una “substancia” microcósmica- que el arte o el oficio se presta, por así decir, muy naturalmente, a servir de vehículo al trabajo iniciático.
Que el ejercicio del arte, en una civilización normal, luego teocrática, esté necesariamente ligado al esoterismo, resulta, por un lado, de que la actividad artística puede servir de soporte a la contemplación intelectual -y el esoterismo colma todos los “recipientes” apropiados-, y, por otro, de que sólo el esoterismo puede garantizar la corrección intelectual de un arte religado, de una manera más o menos directa, al dominio de lo sagrado. Allí donde una forma artística debe ser un verdadero reflejo simbólico (en sánscrito abhasa, en árabe ‘aqs) de un prototipo trascendente (en árabe namûdaj, de raíz persa), la tradición asegura la correcta relación entre uno y otro, prescribiendo los “tipos” susceptibles de ser figurados, y no es sino en la medida en que el artista, descubriendo la profunda “lógica” de las formas consagradas, se eleva hasta su principio espiritual, que deviene a su vez creador.

 

ÍNDICE

I.- Generalidades sobre el arte musulmán 7
II.- Principios y métodos del arte tradicional19
III.- Naturaleza de la perspectiva cosmológica35
IV.- El templo, cuerpo del hombre divino 41
V.- El simbolismo del espejo en la mística islámica51
VI.- El maestro Manole y el monasterio de Argesh 61
VII.- El papel de las bellas artes en la educación islámica67
VIII.- Valores perennes del arte islámico81
IX.- Fundamentos del arte musulmán99